Apuntes

El sistema europeo de aviso de riadas alertó el 28O de una crecida peligrosa

Un día antes de las inundaciones informó que había una probabilidad de desbordamientos en ríos y ramblas de Valencia del 17% con retorno de 20 años

En la rambla del Poyo la probabilidad de riada histórica cada 20 años era del 13 % según la alerta EFAS.

En la rambla del Poyo la probabilidad de riada histórica cada 20 años era del 13 % según la alerta EFAS. / Miguel Angel Montesinos

El Sistema Europeo de Concienciación de las Inundaciones (EFAS), primera herramienta operativa de seguimiento y previsión de inundaciones en toda Europa, alertó la mañana del lunes 28 de octubre –más de 24 horas antes de desatarse la tragedia– del riesgo de riadas históricas en la provincia de Valencia, con desbordamiento de ríos y ramblas en un margen de 48 horas. Si bien el mensaje que llegó a las administraciones con acceso a este sistema europeo, entre ellas la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE), se quedaba muy corto en cuanto al nivel de intensidad de las crecidas que finalmente se dieron, sí que debía de haber servido, en palabras de expertos, para ponerse a trabajar inmediatamente y estar muy pendientes de la evolución de la afectación de la Depresión Aislada en Niveles Altos (Dana) en los cauces y barrancos valencianos.

Según la información adelantada por El País, dicho sistema europeo de alerta de inundaciones envió una notificación formal tanto a las dos administraciones ya mencionadas, CHJ a nivel nacional y AVSRE -autonómica- como a los Ministerios de Transición Ecológica e Interior, así como a la Unidad Militar de Emergencias. En la misma se advertía de un 17 % de probabilidad de riadas con un retorno de 20 años en la provincia de Valencia.

Subestimó la magnitud en el Poyo

En el caso concreto de la rambla del Poyo las probabilidades de un desbordamiento histórico cada 20 años caían al 13 %, mientras que en Sot de Chera era del 20 por ciento. Al tratarse de barrancos y ramblas que habitualmente no llevan agua las previsiones son más complicadas y se quedaron muy por debajo de la situación que se dio ese 29 de octubre, con riadas en determinados puntos de la provincia con una probabilidad de retorno de una vez cada 500 años.

Pese a que la EFAS subestimó la magnitud de las inundaciones que se avecinaban, su aviso ya daba muestras del peligro latente que había en los cauces de agua de la Comunitat Valenciana y suponía una herramienta más de previsión para los servicios de emergencia.

Barranco del Poyo en Chiva a las 12:00 horas del 29 de octubre

Levante-EMV.

Un 17 por ciento de probabilidades de que ocurra una riada con 20 años de retorno o superior se puede catalogar de «una crecida pequeña, relativamente frecuente, y con una probabilidad baja», explica el catedrático de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la Universitat Politécnica de València, Félix Francés, uno de los principales expertos en estudios de riesgo y planes antiinundaciones de España. Aunque prefiere no pronunciarse sobre si con esa información se debía de haber alertado a la población, ya que no especialista en Emergencias y desconoce los protocolos, Francés sí tiene claro que «ese aviso concreto debería ser suficiente como para empezar a estar alerta».

Las previsiones del sistema EFAS no son de acceso libre, hay que ser socio y no admiten a cualquiera. En caso de haber recibido ese día 28 de octubre esta información el catedrático de la Politécnica sostiene que «por supuesto hubiera prestado atención a aquellos barrancos que van a tener riesgo de crecida, no como para hacer evacuación porque es una crecida pequeña y con una baja probabilidad de que ocurra, pero sí para que quien recibe el aviso esté en alerta», insiste este experto valenciano.

Por su parte, la catedrática de geografía física de la Universitat de València Ana Camarasa, especialista en la rambla del Poyo, desconoce la existencia de estos avisos a nivel europeo de la EFAS pero en todo caso la probabilidad de un 13% de riada en la rambla del Poyo con periodo de retorno de 20 años no podía considerarse a priori «preocupante».

Las lluvias intensas localmente torrenciales caídas ese 29 de octubre fueron «históricas» y «extraordinarias», según un informe de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), y superaron cualquier predicción nacional y europea, dejando a su paso la destrucción de viviendas, comercios, carreteras, puentes..., y llevándose consigo la vida de 226 personas, tres de ellos todavía desaparecidos.

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