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Nuevos robos de cosechas obligan a vigilar el campo por la noche en Benimodo

«Todo lo que tienes lo inviertes en la producción de melones y vienen y te lo roban», dice Carlos Roig, agricultor de 28 años, mientras vigila la cosecha

Nuevos robos de cosechas obligan a vigilar el campo por la noche en Benimodo

Agricultores de Benimodo se han movilizado en las últimas semanas para montar guardia en los campos del término y evitar el robo de sus cosechas de melones, ahora en plena producción y acechados por una auténtica plaga, la de las sustracciones masivas de las cosechas. Levante-EMV ha acompañado esta semana a uno de esos agricultores, Carlos Roig, que se ve obligado a montar guardia durante todo el día y también por las noches para evitar el robo de la cosecha de sandías.

A sus 28 años, Roig es un ejemplo de jóvenes que han tenido que regresar a las labores agrícolas para ganarse la vida, ante la dificultad de encontrar un trabajo en otros sectores como consecuencia de la crisis económica.

Este verano es el primero en que este agricultor se ha decidido a cultivar sandías, aunque es consciente de que todos los años los productores se enfrentan al mismo problema, el de los robos, que ahora le ha tocado a él.

Según cuenta ya le han robado en cuatro ocasiones y los ladrones se han llevado más de mil kilos de producción. Se trata de una situación a la que las autoridades no son capaces de poner freno y que cada temporada renace. Ni el refuerzo policial, ni la vigilancia con helicópteros que propuso el presidente de la diputación, Alfonso Rus, ni la caballería que lanzó la anterior delegada del Gobierno han tenido éxito.

Una situación generalizada

Roig explica que la situación de robos se ha generalizado. De hecho este diario ya informó hace unas semanas de la creación de patrullas de agricultores en Cullera para evitar robos.

«Han venido a robar varias veces, los hemos seguido y vemos que siguen robando en otros campos y hemos presentado denuncia porque sabemos quienes son», cuenta el afectado. «Yo los he llegado a pillar en mi campo porque volvieron a llevarse lo que se habían dejado en uno de los robos anteriores», añade Roig, que revela que los ladrones «son del pueblo y luego lo venden en una furgoneta por ahí».

Roig afirma que ya lleva mas de dos semanas de guardia y que por la noche intenta quedarse hasta altas horas, porque al día siguiente le espera una dura jornada de trabajo. «Cuando faltan unas semanas para recoger hay que estar aquí porque es imposible y nadie les hace nada, como tengo varios campos, mi padre está en un uno, y mi madre, y yo voy de aquí para allá», relata el afectado

«Todo lo que tienes lo inviertes y si te roban te quedas sin nada, por eso me he visto obligado a hacer guardia para que no se lleven toda la inversión», reclama.

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