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El consultorio médico de las empresas

Fremap conmemora el 25 aniversario de la absorción de la Mutua Júcar que impulsaron los empresarios en 1933

El consultorio médico de las empresas

La Comunidad de Riegos Margantoni ya figuraba en el año 1934 como empresa asociada a la Mutua Júcar de accidentes de trabajo. La cooperativa agrícola, hoy Alzicoop, se adhería en el año 1939 y la Sociedad Círculo Alcireño en 1941. Hoy mantienen esta relación. Son algunas de las firmas que el martes recibirán un diploma como «empresas decanas» en la conmemoración del 25 aniversario de la absorción de la Mutua Júcar por Fremap, que conservó el apellido como señal de arraigo de una entidad que actualmente cuenta con más de 5.300 empresas con 21.200 trabajadores protegidos en Alzira y su entorno. Aunque la historia de la Mutua Júcar comenzó mucho antes.

Júcar Mutualidad Patronal nace en mayo de 1933 como una iniciativa de la junta directiva del Ateneo Mercantil e Industrial de Alzira, presidido entonces por Ramón Flor Ortells. El Ateneo, creado en 1910, era el centro neurálgico de la clase comercial e industrial alcireña de principios del siglo XX. Cada sociedad tenía vida propia y el Ateneo actuaba como coordinador de las necesidades comunes a todas ellas. La constitución de una mutua de accidentes en la industria para proteger la salud laboral de los asalariados y trabajadores de las empresas socias del Ateneo es un claro ejemplo de este papel.

El exportador de frutas y principal accionista del Ateneo, Ramón Flor, y el empresario conservero Enrique Oria Pelayo convocaron una asamblea con el único punto en el orden del día de organizar una Mutualidad de Seguros de Accidentes de Trabajo en la Industria. La propuesta fue aprobada por aclamación y se constituyó la primera junta directiva, presidida por el odontólogo Emilio Martínez Teruel, y en la que Enrique Oria figuraba como vicepresidente y Nicolás Ortiz López como secretario-tesorero. Júcar, Mutua Patronal de Accidentes de Trabajo nº 81 aglutinaba a sociedades patronales del pequeño comercio urbano: el gremio de maestros horneros, la agrupación mercantil de detallistas, del ramo del textil y ultramarinos, además de sociedades exportadoras.

Fuentes de Fremap que han revisado la historia de esta mutua nacida en Alzira señalaron que, en aquellos primeros años de existencia, Júcar Mutualidad Patronal no fue ajena a la complicada situación sociopolítica española. «No obstante, su funcionamiento y sus principios de actuación no varían, la defensa de los intereses del empresario alcireño y la protección de la salud de los obreros, peones y jornaleros de la ciudad», indicaron.

La sede de Júcar Mutualidad Patronal se traslada al finalizar la Guerra Civil al ala del edificio de la Parrilla que recae en la calle Faustino Blasco y la mutua vivirá en los años cincuenta y sesenta una fase de expansión por el tejido empresarial de la Ribera y de municipios del sur de la provincia de Valencia. A raíz de la absorción de La Arrocera, Mutua de Accidentes de Trabajo de Sueca, en el año 1967, la entidad alcireña se expande también por la provincia de Sevilla, donde la mutua de Sueca estaba implantada.

La ley General de la Seguridad Social aprobada en 1966 elimina la gestión privada por parte de los empresarios de la contingencia de accidente de trabajo para integrar este servicio en el régimen público, y elimina la participación de toda entidad que tuviera ánimo de lucro en la protección frente a accidentes laborales. Júcar Mutua Patronal mantiene su función.

No obstante, la crisis económica de mediados de los setenta y principios de los ochenta provoca una fuerte reestructuración del sector de las mutuas y se abre un proceso de concentración. En junio de 1989, la Mutua Júcar se integra en Fremap Mutua Patronal, constituyéndose en la zona la entidad denominada Fremap Júcar, Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social. El acuerdo de absorción contempla que se respetará en el ámbito de influencia la denominación Júcar, una cláusula inusual con la que se quiso reconocer el carácter emprendedor de los alcireños.

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