Uno de los promotores procesados adquirió en 2003, junto a su socio ya fallecido, los terrenos sobre los que se asientan las edificaciones investigadas de Montroi, y ese año comenzó la construcción de las edificaciones que debían integrarse en Las Palomas. Este socio, junto con el fallecido, procedió a la venta, con apariencia de legalidad, de unos terrenos cuyo único destino era la construcción de unas villas que se encontraban en suelo no urbanizable alterando de esta manera la configuración de la zona y su accesibilidad. En la construcción ilegal participaron otros dos constructores. Y un delineante, encargado de la dirigir la ejecución de las obras de construcción. También se contó con la participación de un abogado, quien ofrecía a los potenciales compradores asesoramiento jurídico para disipar las dudas y reticencias que pudieran tener sobre la legalidad de la operación. e. press valencia
