El grupo Compromís per Alzira reclamó ayer al gobierno local que congele la nueva contrata del transporte urbano para que sea la corporación que salga de las urnas en mayo de 2015 la que tome una decisión al entender que tanto el importe económico de la misma, 8,5 millones, como su duración, 12 años prorrogables a 15, suponen una hipoteca para futuros gobiernos. El portavoz de la coalición, Diego Gómez, indicó que el pliego que hoy tiene previsto aprobar el equipo de gobierno (PP) «parece haberse hecho a medida del actual concesionario» y, pese a su petición para que no se adjudique la contrata en este mandato, realiza una serie de propuestas que, a su juicio, servirían para mejorar el proceso de selección y el servicio.
Por una parte, Gómez reclama que se valoren como mejoras de las empresas que pujen la oferta de nuevas rutas a los polígonos industriales, así como un servicio especial para los trabajadores del hospital que arranque en la estación de Renfe, o a urbanizaciones como El Respirall o El Racó «a través de convenios singulares». Compromís entiende que en el proceso de renovación de la flota que deberá realizar el nuevo adjudicatario -el ayuntamiento abonará un máximo de 568.000 euros anuales y la empresa tiene que poner en funcionamiento dos nuevos autobuses grandes y dos medianos- se apueste por vehículos de tamaño mediano de forma que se puedan adquirir cinco en lugar de cuatro y que estos sean ecológicos.
El portavoz de Compromís también reclama que se acomoden los horarios a las necesidades reales del servicio y que se impulsen campañas informativas para fomentar el uso del transporte urbano en la ciudad. Por otra parte, Gómez pide modificar el criterio por el que se establece que la base de los autobuses debe estar a una distancia máxima de cinco kilómetros de Alzira, ampliando ese radio para que un mayor número de empresas puedan pujar «en condiciones de igualdad».
