La Escalona pide amparo a la CHJ para controlar el consumo de agua de los regantes de Sumacàrcer

El presidente del canal se reúne con Ureña para que el Estado intervenga en el plan de explotación

La Escalona pide amparo a la CHJ para controlar el consumo de agua de los regantes  de Sumacàrcer

La Escalona pide amparo a la CHJ para controlar el consumo de agua de los regantes de Sumacàrcer

carles senso | alzira

La historia se escribe cada día. En el caso de los litigios de la acequia de la Escalona incluso con más relevancia pretérita. La inactividad de la Comunidad de Regantes de Sumacàrcer introduce constantemente, desde hace siglos, al organismo de gestión del agua en una anarquía. El último episodio ha llegado con una nueva notificación sobre el funcionamiento de la acequia. Ante la inoperatividad de los sumacarcelinos, los requerimientos de la Confederación Hidrográfica del Júcar se prolongan en el tiempo y la funcionalidad es lenta y farragosa. Pese a su configuración como comunidad hídrica, los sumacarcelinos no están coordinados, imposibilitando la recepción de requerimientos o notificaciones.

La situación viene precedida por la histórica negativa de los regantes de Sumacàrcer a contribuir en los gastos de mantenimiento del sistema de riego, una carga que eluden en base a un privilegio real de hace más de cuatrocientos años, cuando se construyó la Acequia de Escalona aprovechando en su tramo inicial la primitiva Acequia de Sumacàrcer, tras vencer la resistencia del señorío que regentaba la familia Crespí de Valldura con una serie de concesiones que se plasmaron en la Concordia de 1605, que para los regantes sumacarcelinos todavía continúa vigente.

Un canal ingobernable

Todo ello ha acabado por provocar que los responsables de la Acequia de Escalona mantengan reuniones con la Confederación Hidrográfica del Júcar para conseguir la plasmación definitiva de un plan de explotación que recoja las obligaciones de cada una de las zonas que se benefician de las aguas: las conocidas como Comunidad de Regantes de la Acequia de la Escalona (con 20.916 hanegadas), el Valle de Càrcer y Sellent (con 3.983), la de Sumacàrcer (con 4.019) y la Defensa del Derecho a Riego del Valle de Càrcer (con 2.734 hanegadas). Mañana lunes hay programada una reunión con la presidenta de la CHJ, María Ángeles Ureña, con dicho objetivo, además de que se tratarán otros temas como la ayuda de la Comisaría de Aguas para que establezca dispositivos de vigilancia y control para examinar la utilización de las aguas de riego y el volumen consumido por cada grupo de usuarios. La Acequia de Escalona considera que sólo con la intervención de la confederación (y del Estado) se puede conseguir la colaboración (necesaria) de los regantes sumacarcelinos.

Los representantes de la acequia reconocen que el canal es ingobernable sin la contribución de los regantes ribereños, cuya comunidad „denominada La Forzosa porque fue creada en 2006 por una normativa de la CHJ y cuya reclamación ha llegada incluso al Tribunal Supremo„ no funciona como asociación. Sólo con el establecimiento por escrito de las obligaciones se podrán dirimir las responsabilidades, cree la organización hídrica.

«Los derechos históricos se tiene que actualizar, se tienen que reconvertir y, obviamente, hay unos derechos, pero no unos privilegios por encima de la ley», explicó a este periódico el Comisario de Aguas, Javier Ferrer. «Los regantes de Sumacàrcer deberán contribuir a los gastos de alguna manera, no sé el adjetivo, si es inevitable o razonable, pero antes o después se tiene que llegar a esa situación», añadió.

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