Las Fallas a través del papel
La exposición de «llibrets» de falla en Cullera descubre que el primero se editó en 1850 y no cinco años después como se creía
pepi bohigues cullera
El llibret de Fallas representa una importante muestra de la cultura valenciana al recoger la tradición satírica, ser un vehículo para la normalización del valenciano y un espacio en el que participan importantes autores.
Cullera ha decidido hacer un repaso a la historia de estas publicaciones y estos días se puede ver en la iglesia de Santa Ana la exposición «El llibret de falla. 1850-2014. Explicació i relació de la festa», en la que se muestra desde un manuscrito de mediados del siglo XIX hasta los llibrets más actuales.
Las fallas se incluyen en la tradición literaria de los coloquios, los poemas de disparates y la prosa burlesca. Para conseguir difusión, las comisiones empezaron a distribuir los versos satíricos impresos en hojas y cuadernos. Éstos se exhibían enganchados a la base de las fallas o en las paredes del barrio y dieron lugar al llibret.
Se creía que las explicaciones más antiguas eran de 1855, pero mientras se preparaba esta exposición, organizada por la falla Raval de Sant Agustí, se descubrió que las explicaciones databan de 1850. El suecano Josep Bernat i Baldoví fue el primero en colaborar en esta literatura y ello comportó que Sueca fuera de las primeras ciudades en tener llibrets.
En el caso de Cullera, la primera comisión que elaboró un llibret fue la de Raval de la Mar en 1928 (la actual demarcación de la falla Taüt) y también cabe destacar la colaboración que hizo el poeta local Lambert Olivert en 1936. La época moderna de los llibrets de Cullera empezó en 1962, a partir de ese año siempre hubo una comisión que editó un llibret y en 1973 se publicó el primero de la Junta Local Fallera (JLF).
Pero no fue hasta 1997 cuando todas las fallas de Cullera empezaron a publicar de forma ininterrumpida sus ejemplares atraídas por el concurso que organizó la JLF. Además de Olivert, destacan otros autores locales como Ramón Marí, José de la Torre y el periodista Joan Castelló.
Fuente de cultura
Los premios que empezó a otorgar Lo Rat Penat crearon toda una red de conocidos autores que empezaron a adquirir prestigio. Tras la Guerra Civil, los llibrets fueron un importante medio para burlar la censura y así se dio voz a intelectuales como Vicent Andrés Estellés, Bernat Artola y Camelina Sánchez Cutillas. Con los años, estas publicaciones pasaron de ser una simple explicación del monumento y se convirtieron en un anuario de las actividades de la comisión y un lugar para el análisis a través de los artículos de los colaboradores.
Durante el franquismo sólo se permitía publicar en valenciano los versos, la prosa tenía que ser en castellano; aunque posteriormente esto cambió y los llibrets se convirtieron en un vehículo para la normalización de la lengua.
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