Tribuna
Las promesas incumplidas de bastidas
Isabel Aguilar
La alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, aboga en un artículo de opinión por hablar de Alzira, por preocuparnos de lo nuestro. Qué lástima predicar una cosa y hacer otra. Si hacemos balance de los últimos cuatro años de legislatura, obtenemos un triste balance: la parálisis absoluta de nuestra ciudad. Es ahora, a falta de cinco meses para las elecciones, cuando se pone en marcha la maquinaria de hacer creer ver lo que no es. Ahora el Partido Popular decide despertar de un largo letargo para plantar árboles, asfaltar calles, cambiar farolas, estrechar manos etc.
El triste inventario de inoperancia de la alcaldesa no es sólo de los últimos cuatro años, hay que remontarse a 2003, cuando accedió a la alcaldía por primera vez. Doce años repletos de incumplimientos, de promesas no realizadas. Una de las más llamativas es el auditorio, prometido por la alcaldesa en cada una de las tres últimas citas electorales, y ¿dónde está?
No se puede acusar a la oposición de hacer propuestas de proyectos irrealizables cuando antes uno mismo lo ha hecho con la finalidad de sacar rédito político.
Es por ese motivo que uno debe medir muy bien las palabras, la hemeroteca está al alcance de todos, pudiéndose comprobar los compromisos adquiridos y los hechos realidad.Ha sido una legislatura nefasta, y unos años de gobierno del Partido Popular poco afortunados, por calificarlos de manera inocente.
Ningún proyecto urbanístico ha salido adelante, todos se han estrellado: Centro Comercial Vilella, PAI de SOS, de la Garrofera, Tulell, proyectos vendidos por parte del Partido Popular como generadores de empleo en nuestra ciudad, que iban a terminar con el paro. Eso sí, las ocurrencias que a la alcaldesa le han venido a la mente, como trasladar la Escuela de Adultos pese a contar con el rechazo de los propios usuarios y de toda la oposición al completo, sí se han materializado; eso dice mucho de la manera de actuar de una persona, en este caso haciendo predominar los criterios propios a los colectivos.
Para finalizar, la señora Bastidas con sus doce años de gobierno en Alzira, ha hipotecado a sus ciudadanos hasta el año 2026 mediante un préstamo de 7.700.000 euros, por lo que la deuda de cada alcireño es ahora de 409 euros, amordazando el futuro económico de la ciudad tras endeudar al ayuntamiento hasta prácticamente el límite permitido por ley.
Lo he anunciado ya en varias ocasiones, y lo seguiré haciendo, porque no es irrealizable, es totalmente factible. Ninguna familia alcireña en cuyo núcleo familiar todos sus miembros no perciban prestación o ayuda alguna, recibirán 426 euros del Ayuntamiento de Alzira.
Es verdad que habrá que retocar otras partidas, pero si algo me preocupa como socialista, como progresista y como mujer es que nadie en mi ciudad pase hambre. Que nadie viva bajo el umbral de la precariedad absoluta.
Aunque al actual equipo de gobierno del Partido Popular le parezca irrealizable, me comprometo a llevarlo a la práctica en el momento en que el Partido Socialista acceda a la alcaldía.
Espero que este año 2015 sea un año en el que los cambios que muchos deseamos sean posibles por el bien de todos los alcireños y alcireñas. Porque existe otra manera de hacer política.
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