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La fiscalía concluye que la pediatra de Carlet estafó 14.000 euros a 60 afectados

La pediatra que en enero de 2012 fue detenida por administrar vacunas falsas a menores y mujeres en el centro de salud de Carlet y el consultorio de Benimodo, donde pasaba consulta, estafó presuntamente unos 14.000 euros. En total hay unos 60 afectados en estos municipios.

La fiscalía ultima el escrito de acusación, según ha sabido este diario, al considerar que existe un posible delito de estafa y falsedad documental y lo más probable es que en breve se declare la apertura de juicio. La juez del juzgado número 1 de Carlet ha dado por cerrada la investigación y la acusación pública ve un delito de estafa y falsedad documental.

La pediatra, que en su día fue suspendida de empleo y sueldo, dispensaba suero a menores y mujeres en vez de las vacunas para la varicela, la meningitis, los neumococos o el papiloma humano, que aseguraba administrar. En todos los casos decía que era por prevención ya que no se trataba de vacunas obligatorias.

El modus operandi era en todos los casos similar: Advertía a los familiares de los menores, con los que ya había adquirido cierto grado de confianza, que podía obtener más baratas vacunas que no formaban parte del recetario de la Seguridad Social, como la Prevenar, que aseguraba que suponía un refuerzo para prevenir la meningits, y cobraba por ello en torno a 90 euros.

Quinientos euros por suero

Sin embargo, cuando la práctica se hizo habitual llegó a embolsarse hasta 500 euros por una vacuna para el papiloma humano a mujeres que por edad ya estaban fuera de peligro y a las que después administró suero. Las presuntas estafas se produjeron durante al menos tres años, entre 2008 y finales de 2011. En algunos casos, la facultativa llegó a dispensar las vacunas falsas en el propio hospital de la Ribera. De hecho otra de las mujeres que ha denunciado asegura que la doctora le llamó un domingo por la mañana para que acudiera al hospital de la Ribera para suministrarle la vacuna a sus hijos aprovechando que ella se encontraba de guardia, lo que también hizo sospechar a esta mujer.

En total se presentaron 60 denuncias, según los datos recabados por Levante-EMV. Todos los afectados fueron revisados uno por uno para confirmar que no se les había administrado ningún producto dañino y en el caso de los menores para comprobar que estaban al corriente de las vacunas. La propia pediatra, de 52 años cuando sucedieron los hechos, ya declaró ante el juez que nunca llegó a inyectar productos que pudieran resultar peligrosos para la salud.

Asumía muchos gastos

En su declaración, la pediatra alegó problemas económicos, como consecuencia de los numerosos gastos que asumía habitualmente.

Una de las afectadas declaró que llegó a ver uno de los frascos vacíos después de que la pediatra dispensara a su hija la vacuna del papiloma humano en su propia casa y aseguró que se llevó una sorpresa cuando leyó en la etiqueta «agua-suero».

No fue la única que sospechó y la dudosa práctica corrió de boca en boca hasta que un grupo de madres decidió denunciar.

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