Aunque se repite cada año, los vertidos del dragado de las bocanas del Club Náutico El Perelló, siguen alarmando a los vecinos, que se quejan de que los trabajos que se están llevando a cabo desprenden sedimentos de color negruzco que se despositan sobre la arena y la escollera, y temen que «maten las crías de clóchina y demás fauna como cangrejos y otros crustáceos que viven pegados a la roca». Los denunciantes también muestran su malestar por el hecho de que el derramamiento se produzca muy cerca del final del paseo marítimo y «prácticamente en la orilla, donde suelen jugar los niños». Además, aunque admiten que no es temporada de baño, aseguran que los vertidos despiden un fuerte olor, que a su entender, «desprestigia la zona turística porque queda todo manchado de lodo y no se puede ni pasear por la playa».
El club deportivo está autorizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y la Dirección General de Costas para realizar este dragado, necesario para garantizar el nivel mínimo de calado que requieren las embarcaciones para acceder al mar. El permiso se comunicó convenientemente al ayuntamiento de la entidad local menor. El club náutico podrá extraer arena hasta el 13 de mayo. Para nuevas intervenciones deberá volver a solicitar los permisos correspondientes a la Demarcación de Costas. Los vertidos deben realizarse a unos 300 metros al sur del contradique para regenerar la playa donde exista erosión. Así, «con el objeto de que el material dragado sea incorporado al circuito sedimentario, se verterá en la orilla de la playa», según la autorización.
El Club Náutico adjunta en la solicitud del permiso al departamento ministerial diferentes analíticas de los vertidos. Además, informa de los planos, tanto de la zona donde se llevan a cabo los trabajos de dragado, como de la zona de vertido y de donde se toman las muestras del sedimento marino para su análisis.
