El Ayuntamiento de Llaurí ha decidido cortar por lo sano y acabar con los destrozos que vienen sufriendo las sendas del Paraje Natural Municipal (PNM), causados por la circulación de bicicletas de montaña. Harto de esta situación, el gobierno local acaba de aprobar una ordenanza para concretar los usos de ese espacio ambiental que prohíbe tajantemente el uso de este tipo de vehículos para desplazarse por los caminos forestales y lo restringe únicamente a las carreteras abiertas al tráfico. Además, infringir esta norma no saldrá precisamente barato. Se prevén multas de entre 90 y 300 euros para quienes hagan uso de las cada vez más populares «mountain bike» en sendas que han sido habilitadas exclusivamente para viandantes.
En estos momentos, todo el PNM Muntanya de Llaurí, cuya gestión es competencia local, cuenta con una red de 40 kilómetros de rutas que se reparten principalmente entre las sendas del Niño (datada ya en 1907), la de les Voltes y la también histórica de la Cova de la Galera, que fue antaño un camino.
Tras el proceso de recuperación a lo largo de los últimos años de estas zonas de senderismo, que corrió a cargo de los voluntarios ambientales de la asociación Amics de la Muntanya de Llaurí (AMLL) ante la falta de recursos económicos de un ayuntamiento que incluso tuvo que hacer frente a un embargo, el número de senderistas y usuarios del paraje ha ido en aumento al convertirse en uno de los principales atractivos naturales de la comarca en un entorno paisajístico y natural privilegiado. Esta revalorización del paraje ha atraído a numerosos aficionados a la bici de montaña que circulan por las sendas, muchos a gran velocidad y derrapando, lo que ha causado daños en el terreno recuperado, ha mermado su estabilización y además ha provocado destrozos en la flora, según lamentan las autoridades locales.
«Se ha circulado de forma irresponsable, algunos iban como locos y hemos detectado grupos de 15 y 20 ciclistas», denuncia el edil de Medio Ambiente, Vicent Pérez, quien tras varias advertencias a algunos conductores de bicicletas de montaña que fueron pillados mientras atravesaban el paraje sin el más mínimo cuidado y, en vista de que los daños en las sendas no cejaban, llegó a la conclusión que la única alternativa que le quedaba al ayuntamiento era prohibir la circulación y multar.
Tampoco se podrá ir a caballo
La normativa también deja expresamente prohibida la circulación de caballos por las sendas, campo a través o por las zonas de repoblación forestal y las áreas restringidas al paso. Los usuarios sólo se podrán desplazar con este animal por el resto de caminos, al paso y no al galope. Cuando se haga en grupos de más de diez, se deberá solicitar permiso expresamente al ayuntamiento.
Tampoco se contempla la posibilidad de que vehículos motorizados puedan ir por las sendas, cuya circulación queda reducida a las vías rodadas, carreteras rurales o pistas habilitadas. Específicamente, solamente podrán subir hasta la fuente de Sansofí. Además, la circulación motorizada se limita a una velocidad de 30 kilómetros por hora. Y la acampada también queda prohibida en todo el paraje natural.
