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Sumacàrcer logró sobrevivir a Treblinka

Un libro, escrito por Joan Francesc Herrero y Leonardo Giménez, reconstruye la vida de un periodista nacido en la Ribera pero que hizo carrera en Barcelona

­Son muchos, desgraciadamete, los ciudadanos y ciudadanas de la Ribera que pasaron por los campos de exterminio nazis, allá por los años cuarenta. Vecinos de Alzira, Carcaixent, Pobla Llarga, Turís o Cullera, por situar un ejemplo que, de ser minucioso, abarcaría a más de una decena de localidades. También Sumacàrcer. Se han encargado de recordarlo a través de un libro que acaba de publicar el ayuntamiento los escritores de Antella Leonardo Giménez y Joan Francesc Herrero, quienes han diseñado una minuciosa biografía de Joaquim Garcia Ribes, un vecino de la localidad con una trayectoria brillante antes y después de que sus carnes se encontraran con una de las mayores barbaries humanas nunca conocidas.

«Joaquim Garcia Ribes, un republicà escarlata. De Sumacàrcer a Treblinka» narra los pasos del ribereño desde su juventud, cuando ya empezó a destacar como un brillante estudiante. A pesar de sufrir una catalepsia con tres meses de vida (allá por el año 1901) y padecer una infancia llena de adversidades por diferentes enfermedades, acabó por acudir a la escuela antes de lo que estaba previsto por su capacidad de aprendizaje. No había cumplido los diecisiete años cuando ya había sido excomulgado por un artículo que se tituló «Apología de la bella Papisa Juana, conocida como Juan VIII», estudiando con posterioridad la carrera de magisterio.

Con dieciséis años se inició en la publicación en periódicos, escribiendo en El Mercantil Valenciano y El Pueblo. Todo ello denota el desarrollo de un joven con enormes dotes y una capacidad innata para el aprendizaje acelerado y su penetración en medios de comunicación importantes a pesar de vivir en un medio rural como Sumacàrcer, alejado entonces de las élites culturales e intelectuales del país. En 1923 se alistó como soldado del Regimiento de Infantería Otumba y poco después obtuvo el título de redactor, aunque hubo de pasar dos años en el exilio (exactamente en Hamburgo) por la censura de una de sus informaciones sobre la dictadura de Primo de Rivera. A su vuelta ya empezó a alejarse más profundamente de la Ribera y trabajó en Barcelona en diferentes medios, antes de volver a Valencia para dirigir «Artes y Letras». Fueron años en los que llegó a conocer a García Lorca, rodeándose de algunos de los mejores escritores en lengua española.

Durante su estancia en Barcelona (años treinta que coincidieron con los de la II República y el posterior alzamiento ilegal contra la democracia), Garcia Ribes formó parte de Esquerra Republicana de Catalunya (relacionándose con Lluís Companys), Bloc Obrer Camperol, Partit Socialista Unificat de Catalunya o el sindicato UGT.

Hijo adoptivo en Cataluña

En febrero de 1939 comenzó su exilio en Francia, teniendo que salir de España por el avance de las fuerzas fascistas. Se retiró como sargento de ametralladoras del ejército republicano. Tras pasar por varios campos de concentración franceses y luchar por la democracia a lo largo de Europa, acabó en los centros de exterminio nazis. Protagonizó un escapada de Treblinka que le llevó de vuelta a Sumacàrcer, donde se reunió con su familia y volvió a Barcelona. Murió en Montcada i Reixac el 14 de enero de 1992 tras ser declarado hijo adoptivo de dicha localidad por su defensa de la democracia y su lucha contra el franquismo.

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