Asegura el clásico que las elecciones siempre las pierde quien gobierna y que pesan más los errores propios que las virtudes ajenas. Podría ser el caso de Algemesí, donde una oposición en forma de tripartito se apresta a asumir el poder ante el desplome del PP. La reconquista llega ocho años después de que los populares alcanzaran por primera vez la mayoría en el ayuntamiento. Era 2007 y el partido vivía sus mejores años subido a la ola de bonanza económica y del cansancio que la izquierda acumulaba entonces a ojos del electorado.
Hoy, el partido aún mayoritario hace balance de los daños que ha provocado el tsunami anti PP que recorrió España el domingo. La caída del partido que lidera García Mont, que pierde tres concejales, no es de las peores en porcentaje, pero sí lo suficiente para dejar el gobierno a una izquierda más fortalecida, pero a la vez más fraccionada que nunca con tres formaciones prácticamente igualadas: el PSPV de Marta Trenzano con 3.458 votos y el 23% de los apoyos y Més Algemesí y Esquerra Unida, con el 18% del voto cada uno de ellos.
Por eso, las negociaciones no serán fáciles. Los socialistas consideran que la alcaldía les corresponde pese a la pérdida de un concejal, pero Més Algemesí cree que ha contraído méritos suficientes para asumirla como el partido que más ha crecido. Las bases de esa formación ya han pedido a su líder, Josep Bermúdez, que pelee la vara de mando. Por eso es improbable que el nombre del nuevo alcalde se conozca hasta que se acerque la investidura prevista para el 13 de junio.
Mientras, el PP trata de asumir su nueva situación. El alcalde en funciones, Vicent Ramón García Mont, anuncia que seguirá desde