Sólo cinco alumnos de tercero de primaria acudieron ayer al colegio Severí Torres de Villanueva de Castellón en el día de la celebración de la prueba diagnóstica a los alumnos de siete años que contempla la nueva ley de Educación, la Lomce. Es una muestra, que se repitió en el colegio Pintor Estruch de Manuel. Desde la Federación de Padres de Alumnos (FAPA), aseguraron ayer que la protesta de los padres fue generalizada en toda la Ribera, con un boicot en toda regla a la prueba.
Hay colegios que aprovecharon el día para irse de excursión y padres que han enviado escritos en los que desautorizan que sus hijos realicen la prueba y otros que directamente han evitado que sus hijos acudieran al colegio, según explicó la presidenta de FAPA Valencia, Eva Grimaltos. Aún quedan las pruebas de cuarto de Primaria, mientras que las de ESO se celebraron la pasada semana.
Grimaltos aseguró que de las pruebas no saldrá «nada positivo para la educación de nuestros hijos», porque a nadie convence pedagógicamente «y se va a crear un ranquing de colegios que resultará muy perjudicial porque en la concertada se escogen los colegios y en la pública entran todos y a lo que aspiramos es a que todos los colegios tengan la misma calidad educativa», aseguró.
Sin escuchar a docentes y padres
FAPA se ha mostrado muy preocupada por las medidas de la conselleria para desarrollar la Lomce en relación a las pruebas tanto diagnósticas como individualizadas, que se celebran durante mayo y junio. FAPA señala que en las comarcas valencianas el desarrollo de las pruebas diagnóstica se ha diseñado y puesto en marcha ignorando la voz de los agentes sociales implicados: profesorado, familias y alumnado.
Por contra, añaden que la realización de un diagnóstico serio y en profundidad del sistema educativo requiere de la participación activa de la comunidad educativa porque es la que conoce de primera mano las carencias y limitaciones de los procesos de aprendizaje y ve inadecuado la realización de estas pruebas.
