Ni autocrítica ni dimisión. El presidente del PP en la Ribera Alta, Rafael Soler, no tiene, de momento, la intención de marcharse ni asumir responsabilidades políticas pese al descalabro electoral de su partido en la Ribera Alta, donde ha perdido las alcaldías de todas las ciudades más pobladas, en algunos casos con resultados que serán muy difíciles de recuperar. Él mismo se ha quedado en la Pobla Llarga con tres concejales que lo llevan directamente a la oposición.
Soler y su número dos en la Ribera Alta, Salvador Ferrer, que sólo ha cosechado cuatro concejales en Carcaixent, reunieron el pasado miércoles a cargos locales para analizar la debacle del domingo, aunque la asistencia fue más bien escasa.
Sólo acudieron un puñado de alcaldes, básicamente los que han salvado los muebles en municipios pequeños, lo que evidencia que el partido se ha instalado en la depresión y aún trata de digerir en privado los resultados del domingo antes de hacer terapia de grupo.
Reflexión tras la derrota
Ante la escasa afluencia, Soler pospuso el análisis y llamó a una nueva reunión de la dirección comarcal la próxima semana. El presidente del PP en la Ribera Alta, tantas veces dispuesto a entrevistas en los años dorados, se ha negado durante toda la semana a atender las llamadas de este diario y ha evitado dar la cara tras la derrota. Sin embargo, en emisoras de radio, Soler sí ha asegurado que en los municipios se ha votado en clave nacional, lo que ha castigado las opciones de alcaldes que habían hecho un buen trabajo y puso como ejemplo a Elena Bastidas, derrotada en Alzira. Asegura que ha calado entre la población el mensaje de que hay que echar al PP y no se ha valorado la gestión municipal y añade que se han salvado municipios pequeños porque el trato del alcalde es más directo. E incluso ha insinuado que los cargos más veteranos tienen que dejar paso, aunque, de momento, no ha predicado con el ejemplo.
En la reunión algunos de los asistentes señalaron que es necesario valorar los resultados por municipios, ya que cada uno tiene sus peculiaridades, porque hay municipios donde el alcalde ha estado muy por encima de la media comarcal y otros que han restado y eso hay que analizarlo, concluyeron los asistentes.
Además, en la Ribera se ha acogido entre críticas el anuncio del presidente regional, Alberto Fabra, de que no optará a la reelección en el próximo congreso del partido. En la comarcal entienden que la decisión de Fabra se toma para blindar las listas electorales en las próximas generales y creen que lo mejor sería que abandonara ya. Anoche se reunía la ejecutiva provincial.
