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La Ribera Baixa logra la paridad política

La mitad de los municipios estará dirigido por una mujer en lo que representa un vuelco histórico tras 36 años de ayuntamientos democráticos Las alcaldables defienden que aportarán más diálogo y capacidad de organización

Por encima de cualquier sigla política quienes verdaderamente ganaron las elecciones municipales del 24M en la Ribera Baixa fueron las mujeres y la igualdad. A falta de que se concreten algunos pactos, todo apunta a que tras la constitución de los ayuntamientos el próximo sábado 13 de junio la mitad de los 12 municipios estará dirigido por una fémina, lo que supone un vuelco histórico en una comarca en la que siempre la vara de mando ha sido ostentada de forma mayoritaria por los hombres.

La paridad va camino de llegar al sillón de la alcaldía en lo que significa no solo un nuevo tiempo político sino el verdadero reflejo de un profundo cambio social al cabo de 35 años de ayuntamientos democráticos. Sueca, Favara, Llaurí, Fortaleny, Benicull y Riola tendrán alcaldesa en algún momento del mandato en función de lo que determinen los acuerdos de gobernabilidad. Significativo es también que, con la excepción de Llaurí, sea ésta la primera vez en la historia de las citadas poblaciones en las que habrá una mujer en la presidencia de la corporación municipal.

En Sueca, Raquel Tamarit (Compromís) se emociona solo de pensarlo y no puede evitar que le caiga una lágrima, tal y como admite mientras conversa telefónicamente. La capital de la Ribera Baixa jamás ha tenido una mujer al frente del ayuntamiento. De hecho, la tradición democrática de la ciudad sólo había dejado hasta estos comicios una única aspirante a la alcaldía en la figura de Dolors Pérez, cuando ésta militaba en las filas de EUPV, sin llegar a ser elegida primera edila.

En el municipio se da por seguro que Tamarit será investida y aunque ella se muestra prudente reconoce que va a protagonizar un momento histórico. Durante su trayectoria como concejala ha hecho gala de su condición de mujer y madre sin tabúes. Tiene dos hijos, uno de ellos de 20 meses al que llevaba incluso a las juntas de gobierno y los plenos dándole el pecho. «Estoy orgullosa de que las mujeres tengamos este poder de decisión», apunta en relación a los resultados de las elecciones y señala que es fruto del cambio social.

También tiene todas las papeletas de convertirse en alcaldesa la cabeza de cartel de Units per València (UxV) de Benicull, Amparo Giner. La valencianista fue la lista más votada en esta pequeña localidad y si como se espera el resto de fuerzas políticas apoyan su investidura será también la primera vez que una mujer se pone al frente de la localidad más joven de la Ribera. Giner defiende que el sexo femenino tiene una visión mucho más pragmática y dialogante de la política. «Yo soy madre, llevo una casa, he trabajado y he estudiado y eso te da una sensibilidad diferente para compaginar diversas cosas a la vez, organizarte mejor y ser más práctica y tolerante», comenta.

La que ya tiene algo de experiencia es Anna González. La socialista llaurinense rompió moldes en 2003 al convertirse con tan solo 25 años en la primera mujer alcaldesa de la localidad, cargo en el que repitió de 2009 a 2011 y que tiene visos de volver a ostentar después de que Compromís haya anunciado que le dejará gobernar. González expone que el hecho de que la lista la lidere una mujer anima a otras a participar en la política del pueblo. «Es un gran aliciente», concluye.

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