Los restauradores de la cubierta de la iglesia parroquial de Carcaixent pretenden ser lo más fieles posible a la arquitectura original del templo. La intervención, que se hace necesaria ahora en la cubierta después del desprendimiento de una cornisa del que ayer informó Levante-EMV, obligará a actuar sobre una construcción que data del año 1700, cuando se llevó a cabo una importante ampliación en el templo. Pero el equipo restaurador quiere usar los mismos elementos constructivos que en el siglo XVIII. Sin embargo, esa pretensión choca con la dificultad de encontrar materiales de la época ya que no existen en el mercado ladrillos macizos con esas medidas, de 30 centímetros de largo por 2,5 de altura. Sí se ha encontrado, en cambio, tejas de ese estilo, que se incorporarán a la intervención. Los ladrillos no serán como los originales, pero harán la misma función y será imperceptible para quienes ven la cubierta desde la calle, según asegura el arquitecto restaurador, Salvador Calatayud,
La zona sigue acordonada
Como ayer informó este diario, la Policía Local de Carcaixent ha acordonado el tramo de la plaza Mayor recayente a la Iglesia de la Asunción tras la caída de cascotes por el desprendimiento el pasado jueves de una parte de la cornisa. La actuación municipal busca evitar posibles daños a los viandantes, según informaron desde el ayuntamiento.
El alcalde, Paco Salom, asegura que el ayuntamiento ha tenido constancia de los desprendimientos y por eso se ha procedido a acordonar la zona y la oficina técnica se ha puesto en contacto con la iglesia, que tendrá que proceder a la reparación.
Salom asegura que desde la parroquia no se ha hecho ninguna solicitud de ayuda para afrontar la reparación y que si llega se tendría que estudiar. Las ayudas institucionales que llegaron hace unos años de organismos públicos se destinaron a la cúpula, que es una de las más interesantes de la Ribera desde el punto de vista arquitectónico, pero no las hay para la cubierta, que sufre los desprendimientos.
Además, la cubierta no es la única zona de la iglesia con problemas, ya que hay una parte, la más cercana al sagrario, que está cerrada al culto, la zona justo opuesta a la ahora dañada.
