Al bajarse de la bicicleta tras conseguir el récord de mundo de 24 horas de ciclismo, Carles Nebot se acordó de dos personas. La primera fue su padre, ciclista profesional fallecido hace unos años, quien «se quedó con la espinita de no verme desarrollar mis condiciones en la competición, debido a las circunstancias familiares que me lo impidieron». La otra dedicatoria del corredor fue para Mandy, una joven estadounidense de 28 años, que se recupera de un coma. «Conozco a su tía y me pidió ayuda porque los médicos han aconsejado que la estimulen, así que le mandé un vídeo dedicándole el récord y se emocionó», explica. r. herrero sagunt