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Baños de alto riesgo

Los accidentes mortales empezaron con la masiva afluencia de turistas a los parajes naturales del interior de la Ribera

Combatir el calor en un paraje natural no tiene porque convertirse en una actividad peligrosa. Sin embargo, si a dicha necesidad se le suma algún ápice de bravuconería y una buena dosis de falta de sentido común, la ecuación puede acabar en desgracia. Lo han podido recordar de primera mano los vecinos y vecinas de Antella, que han visto morir a un nuevo turista después de que el joven de nacionalidad colombiana (aunque residente en Murcia) quedase atrapado en una madera del «tercer portell». Y las desgracias se acumulan. Es el tercer fallecido en Antella en los últimos ocho años, mientras en la cercana Sumacàrcer (donde también se han creado en los últimos veranos varias zonas de baño en el río) se contabilizan tres muertes más.

La azud de Antella se ha convertido en uno de los referentes del turismo de interior y cada fin de semana del periodo vacacional visitan la localidad de la Ribera miles de personas, llegadas incluso con autobuses fletados desde muchos rincones del territorio valenciano. La posibilidad de acceder al paraje sin coste alguno y disfrutar allí de amplias zonas de baños y otros divertimentos supusieron (y suponen) un atractivo con mucho éxito. Al reposado baño se unen actividades organizadas como el piragüismo pero también otras de alto riesgo, como el salto desde un paredón de más de diez metros, desde lo alto de los «portells» de riego o el descenso por los canales que separan el agua para dirigirla al ramal del Xúquer que nace en Antella para separarlo de la Acequia Real. Fue en uno de esos últimos lugares donde perdió la vida el último joven. Muchos otros también nadan y se cuelgan con cuerdas para «surfear» en la Acequia Real. Todo ello a pesar de las prohibiciones marcadas mediante placas en toda la zona.

En 2008 un hombre de 32 años se ahogó cuando se dirigía a nado desde la zona de las piraguas hasta la sillería del centro del azud. Pese a que algunas personas intentaron reanimarlo, no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Una de las hipótesis que se barajaron es que el joven sufrió algún tipo de indisposición. Un año antes se había contabilizado la primera víctima.

Por su parte, en Sumacàrcer murieron turistas en 2005, 2009 y 2011. El primer fallecido era un colombiano de 38 años que se hundió cerca del embarcadero de las piraguas por su desconocimiento de la zona, sin que los familiares pudiesen rescatarlo. Cuatro años después fue otro hombre de 46 años. El último fue en 2011 y en l´Esgoletja, con un hombre de 40 años cuyo cuerpo fue recuperado horas después.

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