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Dos millones en busca de dueño

La papeleta ganadora se selló en el quiosco del hospital de la Ribera la semana pasada Loterías del Estado confirma que el anónimo ganador todavía no ha cobrado el boleto

Dos millones en busca de dueño

Decenas de pacientes y familiares se están pasando por el establecimiento de Fran Olaso estos días con las esperanzas puestas en la papeleta que llevan entre las manos. Seis aciertos, un único ganador, casi 2 millones de euros.

El quiosco del hospital de la Ribera se ha convertido en el punto de peregrinación de los aficionados a la Primitiva en la comarca tras sellar el boleto premiado con 1.893.372 euros.

Todavía hoy se desconoce la identidad del acertante, desde Loterías del Estado informan que nadie ha cobrado el premio aún, por lo que el agraciado podría desconocer a estas horas que es multimillonario.

Centenares de personas pasan por el establecimiento de Fran Olaso cada semana llegados de Alzira, Alberic o Cullera aunque en los últimos días la variedad en cuanto a procedencias distintas ha aumentado «debido a que es agosto y el fin de semana pasado caía en festivo».

Explica Olaso que generalmente suele hacerse pública la identidad del ganador, «por una persona u otra te enteras», aunque duda que sea el caso debido a la cantidad en cuestión. «El premio roza los dos millones de euros y se trata de un único acertante».

Afortunados

No es la primera vez que Olaso sella una papeleta premiada en su quiosco. Anteriormente «hemos llegado a repartir 120.000 euros en una ocasión, y en otras también premios de 2.000, 3.000 y hasta 5.000 euros, aunque nunca una cifra tan astronómica como ésta».

Fran Olaso trabaja en el quiosco del hospital de la Ribera desde abril de 1999, el mismo año que el departamento de salud abrió sus puertas. Son dieciséis años al frente de un negocio situado en el término municipal de Alzira donde ha vivido todo tipo de anécdotas junto a su mujer.

«Una chica paró un día pidiendo un número de la lotería nacional en concreto, dijo que su padre lo había visto desde la ventana de su coche y que llevaba tres meses sin poder hablar, para ella había sido una señal de que la suerte estaba llamando a su puerta». Rememora Olaso que el padre de la joven le susurró al oído que comprara el décimo. «Y el boleto tocó», cuenta.

«Un cliente se mareó»

En otra ocasión recuerda el quiosquero «casi tuvimos que atender a un cliente porque se mareó al contarle que había ganado 2.000 euros». Para el encargado del establecimiento estas historias forman parte de su día a día, y de la historia de su quiosco.

De hecho asegura que una de las cosas buenas de su profesión es el punto donde la ejerce, el hospital comarcal, pues dice que mucha gente de la Ribera que ha sufrido una desgracia, y que por eso está ingresada o de paso en el centro hospitalario, acude hasta el quiosco a ver si la suerte al menos allí le sonríe. Para Olaso es muy gratificante contribuir a que personas que han perdido la esperanza, por estar pasando por unas circunstancias difíciles en esos momentos de su vida, puedan recuperar la sonrisa tras comprobar que la suerte no les ha abandonado del todo.

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