El anterior gobierno (PP) hizo coincidir el pasado 5 de marzo la inauguración del nuevo Museu Faller con la conmemoración del décimo aniversario de la declaración de las Fallas de Alzira como Fiesta de Interés Turístico Nacional, tras acondicionar en una carrera contrarreloj la segunda planta del edificio de La Parrilla para este nuevo fin. El nuevo recinto abrió sus puertas sin que la Junta Local Fallera hubiera tenido tiempo de realizar el traslado de todos los fondos -según se explicó en su momento- y, casi siete meses después, sigue sin completar ese traslado porque, entre otras cosas, los «ninots» de mayor tamaño que forman parte de esta exposición no caben por la escalera de acceso.

El nuevo gobierno (Compromís, PSOE y EU) ha decidido destinar 30.000 euros del plan de inversiones que financia la Diputación de Valencia a la Parrilla con el objeto principal de abrir una gran ventana en un lateral del edificio que permita subir por el exterior los «ninots» o cualquier mueble o elemento que se precise en futuros usos, ya que el tripartito cuestiona abiertamente la ubicación de un museo en una segunda planta y no la considera definitiva.

«Cuando se hizo el museo no se tuvo en cuenta que por la puerta tenían que entrar monumentos grandes de fallas que no caben», señaló en alusión a los «ninots indultats» el alcalde de Alzira, Diego Gómez, mientras detallaba que se tiene que abrir una ventana de tres metros cuadrados para que «una grúa pueda entrar directamente al museo» aquello que sea necesario subir.

No es el único problema que la coalición de gobierno ha detectado en el nuevo museo de las Fallas de Alzira que la responsable del área de Fiestas, Isabel Aguilar, considera reflejo de una inversión realizada de forma precipitada buscando «una foto» a las puertas de las elecciones. Aguilar detalló ayer que, además, el ascensor que sube a la segunda planta de la Parrilla «te lleva directamente al museo» sin pasar por ninguna sala de recepción «y sin ningún tipo de seguridad», una situación que considera impropia de un museo.

«Me da mucha vergüenza como representante del equipo de gobierno actual hablar de estas cosas, tener que hacer obras por una mala gestión, hacer un agujero en la pared para poder introducir los 'ninots' en un museo que no tiene la accesibilidad necesaria», incidió la edil socialista, que dejó claro que, «a largo plazo», ésta no será la ubicación final del Museu Faller. El gobierno local baraja la idea de constituir una Museu de la Festa, que incluya también a la Semana Santa.

Aguilar ya había manifestado públicamente que su idea sería que el Palau de Casassús acogiera en su día este escaparate de las Fallas de Alzira, donde además de los «ninots indultats» también se exhiben trajes de las falleras mayores y otros elementos relacionados con la historia de las fiestas, aunque señaló que no hay una ubicación decidida. Sí se mostró crítica con el concepto actual de museo que, según dijo, «es una mera exposición, no es un museo, y siendo las Fallas unas Fiestas de Interés Turístico Local no es el museo que tocaría».