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La paja y la tierra entran en casa

La Agència Energètica de la Ribera ofrece cursos para impulsar la bioconstrucción Los materiales aislan más, permiten ahorrar hasta el 40 % en climatización y no incorporan sustancias contaminantes Ya existen casas antisísmicas edificadas con bloques de tierra compactada

La paja y la tierra entran en casa

En el cuento de «Los tres cerditos» el lobo soplaba y soplaba hasta que conseguía derribar la casa de paja. Pero en la vida real no le hubiera sido tan fácil. Existen materiales de construcción alternativos al cemento, como la paja y los bloques de tierra compactada (BTC) que pueden ser igual de resistentes y, además, son unos excelentes aislantes que permiten ahorrar hasta un 40% de los costes en climatización.

Hace unos días la Agència Energètica de la Ribera (AER) ofreció un curso en Sueca sobre bioconstrucción y eficiencia energética en la rehabilitación de edificios, subvencionado por la Diputación de Valencia. La necesidad de la rehabilitación energética del parque actual de viviendas hace que esta entidad intente que los arquitectos se fijen también en la bioconstrucción, ya que se trata de una solución sostenible y saludable. «El cuento de los tres cerditos es mentira", argumenta el arquitecto técnico, Javier Siles, para defender que estos materiales pueden ser una buena alternativa al cemento. En los Alpes se ha construido una casa de paja que resiste las duras condiciones climáticas de la zona y «hay casas antisísmicas en Sudamérica hechas con bloques de tierra compactada» añade Siles, que ha colaborado como profesor en este curso.

Coste económico

La directora de la AER, María Pilar Pérez, pone el punto de mira en los beneficios ambientales. «Son viviendas más saludables porque no tienen elementos tóxicos» y, por tanto, «la calidad del aire es mucho mejor» dice. La paja no necesita ningún tratamiento químico y simplemente se trata de recubrir con fango o pladur los bloques de paja, que previamente han sido compactados y secados. El coste económico de estas construcciones ya es más difícil de determinar porque, según cuenta Siles, se trata de casas construidas por sus propios propietarios, personas interesadas en la bioconstrucción. No obstante, no supone un coste desorbitado y tan solo se trata de darles un mantenimiento constante.

Uno de los problemas a los que se enfrentan los arquitectos es poder adaptarse a la normativa cuando realizan una construcción de este tipo, ya que falta legislación al respecto. De momento, en la comarca de la Ribera no hay nuevas construcciones que sigan esta línea. Sí que hay muchas casas antiguas hechas con bloques de tierra y en el centro de España también hay antiguas construcciones de paja. Las nuevas bioconstrucciones se ubican en Catalunya aunque Siles explica que estos materiales también se pueden aplicar a las reformas de las casas. El corcho es un excelente aislante de la humedad y el cáñamo y las fibras de madera son otros materiales naturales que pueden ser utilizados en revestimientos.

Banco de paja en la comarca

María Pilar Pérez, responsable de la AER, explica que uno de los problemas de trabajar con materiales naturales es el abastecimiento. Por eso, la agencia energética pretende poner en marcha un proyecto para crear un banco de balas de paja en la Ribera para que así cualquiera que quiera utilizar este material para la construcción tenga reservas disponibles. No obstante, este proyecto aún es una idea inicial y se espera poder conseguir ayuda de la Unión Europea para ponerlo en marcha. Pérez señala que el problema es que los campos de arroz, de donde se recogería la paja, son minifundios y hay que hablar con mucha gente; además, hay que guardar la paja en buenas condiciones para que no se estropee el material.

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