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La falta de rentabilidad del bus amenaza el transporte de 35.000 vecinos al hospital

Los alcaldes de Catadau, Llombai, Alfarp, Carlet, Benimodo, l'Alcúdia y Guadassuar se reúnen de urgencia para presionar al Consell El director general de Transporte asegura que tiene sobre la mesa varias alternativas

La «Juanita» en Alzira. Levante-EMV

La popular Juanita, el autobús que durante décadas ha llevado hasta Alzira y más recientemente el hospital de la Ribera a miles de vecinos de Catadau, Llombai, Alfarp, Carlet, Benimodo, l'Alcúdia y Guadassuar podría tener los días contados. La empresa que presta el servicio, Bisbal-Cánovas, comunicó a principios de septiembre a la conselleria que abandona la actividad el 1 de octubre, hoy mismo. El departamento que dirige María José Salvador puso en conocimiento de los alcaldes la intención de la empresa y los ayuntamientos han reclamado una solución. El propio director general de Transportes de la conselleria de Vivienda, Infraestructuras y Vertebración del Territorio, Carlos Domingo, confirmó a Levante-EMV que el gobierno valenciano tiene sobre la mesa varias alternativas para mantener el servicio, aunque no está decidido cual será la solución que finalmente se adopte, pero admitió la renuncia de la empresa a mantener el servicio.

Un portavoz de la empresa, Bisbal-Cánovas, asegura que la afluencia de usuarios no permite obtener una gran rentabilidad al servicio que prestan y que hay días en que apenas se cuentan medio centenar de viajeros durante todo el día.

Con todo, para los municipios afectados supone la pérdida del único transporte público que les une con Alzira y especialmente con el hospital de la Ribera, lo que para los alcaldes supone un auténtico quebradero de cabeza. Ayer mismo el alcalde de Benimodo emitió un bando anunciando que el servicio de la juanita, como se le conoce en estos municipios, acaba hoy mismo, aunque horas después lo retiró tras anunciar la conselleria que está buscando una solución.

Un servicio deficitario

Ayer por la tarde, los alcaldes afectados se reunieron en el despacho de la alcaldesa de Carlet, Maria Josep Ortega, de Compromís, para abordar una estrategia conjunta que permita una salida a la crisis. Para los alcaldes, todos de grupos de izquierda salvo el de Benimodo, del PP, la desaparición de la línea supondría un auténtico mazazo porque alcaldes como la propia Ortega defienden aumentos de frecuencia del autobús hacia Alzira.

Una de las opciones que se barajan para sustituir a Bisbal-Cánovas es la contratación urgente de una nueva empresa que cubra el servicio con los mismos horarios. La concesión del servicio caducó en agosto de 2014, por lo que la empresa tenía la posibilidad de abandonar el servicio desde entonces. Si no lo ha hecho es por no dejar desabastecida la línea aunque ahora ya no parece que exista marcha atrás salvo que la conselleria mejore el precio de la licitación y la haga más rentable. La conselleria se dispone ahora con la llegada del nuevo gobierno a licitar nuevamente el servicio público para que la línea no desaparezca.

Mientras dure la negociación la empresa ha asegurado que mantendrá el servicio, pero no será por tiempo indeterminado por lo que los alcaldes urgen a la conselleria a una solución. De hecho, todos los alcaldes, de todos, los partidos, exigen la continuidad.

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