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mala educación en la línea de cal

En ocasiones es más complicado de lo que parece asistir a un terreno de juego. Hay que cargarse de mucha moral y una buena dosis de paciencia. Eludiré nombre tantos de clubes como de pueblos para no parecer demasiado directo, aunque quizá la solución pasa por señalar con el dedo a aquellos y aquellas que mantienen comportamientos indecentes. Acudo a un campo de fútbol ya que tengo interés en presenciar un partido de benjamines. Niños y niñas de siete años. Guardo las distancias pero me acerco al campo a animar. Desde allí se presencia un mundo que dista mucho de esos valores que a menudo se quieren adjudicar al deporte pero que en el fútbol desaparecen con facilidad. Primero observo al entrenador del equipo visitante realizar indecentes desaires a sus jugadores por haber recibido un tanto en contra. Eso pese a que gana 2-6... y es un partido amistoso. El supuesto entrenador (dudo mucho que tenga una sola noción de fútbol) se introduce en el campo, cruza hasta la portería y «adiestra» allí a sus pupilos entre gritos y movimientos exagerados. ¿La culpa? De la directiva de ese club, no me cabe ningún tipo de duda. Normalmente se sitúan como entrenadores de los equipos base a jugadores de los primeros equipos. Así consiguen pagarles cuatro duros más y subir el nivel futbolístico de su plantilla. Pero eso no los convierte en entrenadores, ni mucho menos. Minutos después una madre insulta al árbitro pese a que es miembro de la escuela y pita el encuentro simplemente para que pueda disputarse. Un miembro de la directiva local le exige educación o, de lo contrario, la amenaza con expulsarla. Ella coge a su hijo (después de entrar en el campo) y lo obliga a salir del terreno de juego ante las protestas de su pequeño futbolista. Se va del recinto deportivo entre insultos murmurados. Siempre pierde el niño o niña.

Dos ejemplos de indecencia en pocos minutos y un paradigma de integridad moral. Las directivas tienen la responsabilidad de velar por lo mejor para sus jóvenes futbolistas. La cantera es lo más importante y son necesarios los buenos ejemplos, tanto dentro como fuera del campo. Enhorabuena a quienes ellos saben.

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