Pero no toda la gente tiene buenas intenciones y hay quien intenta aprovecharse de las desgracias ajenas. «Falta mucho por hacer, pero lo tienen que hacer gente de buen corazón, no buitres carroñeros que se aprovechan de la situación y sacan partido de las desgracias», advierte Carola.
Esta vecina de Sollana desconfía de algunas ONG y cuenta que los nepalís están molestos con el Gobierno porque la ayuda internacional no llega a la gente. «La gente está crispada por lo ocurrido por parte del gobierno, saben que han recibido dinero y ayuda humanitaria, pero ¿dónde están?», se pregunta. Algunos pocos han recibido 18 euros y alimentos de escaso valor, como kétchup, mostaza y arroz de escasa calidad.
No obstante, el país se ha recuperado rápidamente porque, como dicen los nepalíes, «no hay tiempo para lamentaciones y queda mucho trabajo por hacer sacando gente y quitando escombros», sentencia esta vecina de Sollana a su regreso de Asia.