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El instituto Fivir suma 143 bebés in vitro en sus primeros cinco años de actividad

Un 91 % de las mujeres que se ha sometido a un tratamiento en la Barraca logra un embarazo

El instituto Fivir suma 143 bebés in vitro en sus primeros cinco años de actividad

El primer bebé concebido mediante un proceso de fecundación in vitro en el instituto Fivir venía al mundo a principios de 2011. El año anterior había nacido en el hospital de la Barraca d'Aigües Vives el primer centro de reproducción asistida de la Ribera, que se dispone a celebrar su quinto aniversario con un balance de 143 nacimientos y unas tasas de éxito realmente elevadas.

Un 91 % de las parejas o mujeres solas que se han sometido a un tratamiento en el centro han conseguido un embarazo y en un 70 % de los casos al primer intento. Más de 1.100 usuarios han recurrido al instituto Fivir en estos cinco años con diferentes consultas o problemas de fertilidad y 116 mujeres se han sometido a alguno de los tratamientos in vitro que han propiciado 107 embarazos, 36 de ellos gemelares. «No suelen venir casos fáciles», comenta la doctora María Rita Espejo, directora del instituto, mientras señala que el tratamiento más habitual es la fecundación in vitro con microinyección espermática o ICSI. «Son casos que ya han pasado por diferentes centros del sistema público y no tiene sentido empezar por tratamientos poco complejos que ya han sido realizados en otros sitios», comenta la ginecóloga.

Su pasión por la reproducción asistida fue la que le impulsó a embarcarse en plena crisis en lo que define como una «aventura vertiginosa». La coyuntura económica complicó más si cabe los inicios de un proyecto que poco a poco ha ido incrementado los niveles de actividad con pacientes que proceden mayoritariamente de poblaciones de la Ribera, aunque también de otras comarcas o provincias limítrofes, pero también de algunas mucho más alejadas. «Se trata de gente que busca unas características de clínica en la que le resulte cómodo realizar el tratamiento», comenta la doctora Espejo, mientras señala que el instituto Fivir ofrece un trato muy personalizado ya que posibilita mantener el contacto con el mismo facultativo a lo largo de todo el tratamiento. «No poder tener un hijo por problemas de esterilidad o por abortos de repetición conlleva una carga emocional muy alta y la gente valora tener una proximidad geográfica y personal con la gente que le atiende», comenta.

Marita Espejo destaca que el perfil del paciente que recurre al centro «está cambiando» ya que ha detectado una mayor afluencia de parejas que acuden «a una edad muy temprana» para lo que antes era habitual -la doctora destaca que se está consiguiendo romper el tabú que siempre ha existido sobre la esterilidad- mientras que, en el otro extremo, aparece un colectivo de mujeres mayores de 40 años, de un perfil profesional alto y sin pareja, que recurren a la reproducción asistida para tener un hijo. Por otra parte, junto a las parejas heterosexuales con problemas de esterilidad también acuden parajes homosexuales.

La crisis demora la maternidad

La doctora Espejo comentó que las estadísticas siempre han estimado entre un 15 y un 20 % el volumen de parejas estériles aunque, tras indicar que se trata de datos de hace ya algún tiempo que resulta muy difícil de actualizar, comentó que la crisis ha supuesto «un problema añadido» ya que muchas parejas han demorado la maternidad por falta de estabilidad económica «lo que puede aumentar la incidencia de parejas que pueden necesitar ayuda».

El instituto Fivir ha organizado como acto central de la conmemoración de este quinto aniversario una mesa redonda en la que personas que han realizado el tratamiento expondrán miedos, temores y dudas que suelen surgir durante el mismo, a la que seguirán pequeñas ponencias de carácter científico. Será el viernes 23 de octubre, por la tarde, en el monasterio de Aguas Vivas.

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