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Historia

Vint anys fent anar la pilota

El expilotari ribereño se vio obligado el año pasado a bajar la persiana pero su pasión por la pilota acabó venciéndole

Vint anys fent anar la pilota

El mundo de la pilota valenciana tiene sus propias claves. No es posible utilizar mecanismos de explicación deportivo o social genéricos para entender qué le pasa al deporte más autóctono de esta tierra. De unos pueblos desaparece sin remisión, en otros sobrevive de forma inexplicable, en otros más revive tras décadas de silencio. En la actualidad se disfruta de una de las épocas de mayor esplendor, con miles de aficionados que disputan partidas todas las semanas y un panorama profesional nutrido de jugadores históricos. Lo constató la última final del Individual de escala i corda entre Puchol II y Soro III. Sin embargo, algunos trinqueters tienen serios problemas para mantener sus recintos abiertos. Es por ello que los veinte años de Adrián Miguel Mascarell (conocido en el mundo de la pilota como Adrián I) es una auténtico proeza.

El que fuera campeón en tres ocasiones del Trofeu Hermanos Viel y de la Copa Consum, celebró el viernes con un llenazo su prolongada gestión en el coliseo arrocero, por el que ha visto pasar a algunas de las grandes estrellas del deporte valenciano. «Era igual de complicado cuando empecé que ahora pero, por ejemplo, que cerraran Canal 9 nos hizo mucho daño porque entonces se estaba creando una afición importante. Al trinquet la gente viene de forma puntual, guiada por los carteles. Pero en el día a día es muy complicado, va muriendo poco a poco», explica el trinqueter suecano. En julio del año pasado Adrián I (que debutó en Alginet allá por 1990 tras una vida ligada a la vaqueta) se vio obligado a poner fin a las partidas de profesionales que albergaba habitualmente los viernes el Trinquet Eusebio de Sueca. La poca afluencia de público y el hecho que fuera el propio trinqueter arrocero quien sufragara la producción de estas partidas terminaron por convencer a Adrián, cansado de poner cada semana de su bolsillo un dinero que no iba a recuperar. La producción de cada una de estas partidas van (todavía) a cargo del trinqueter suecano. «Antes al trinquete venían entre 80 o 100 aficionados y con su entrada de 5 o 6 euros por lo menos se pagaban los gastos», explicaba por entonces Adrián. El ribereño vio como entre la crisis y la programación en trinquetes como el de Bellreguard o Vila-real, el coliseo suecano pasó de recibir cerca de un centenar de visitas a no llegar ni a los 50. La situación no ha cambiado en exceso un año después pero Adrián continúa ilusionado en poder aportar su grano de arena para seguir viendo como la pilota crece entre la sociedad.

Una escuela en auge

Recientemente fue elegido presidente del club local y ejerce como entrenador de una escuela que pasó de seis niños a los actuales treinta (con también chicas que se han situado entre las mejores del territorio valenciano). La situación económica de los recintos continúa siendo tan complicada que el mismo Adrián se ha dado una buena paliza esta semana para pintar todo el trinquet y tenerlo nuevo en el aniversario.

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