Pascual Bernabeu compraba las tilapias en fase de alevines y con un tamaño de micras a un proveedor holandés y se encargaba de la cría y engorde en la modesta piscifactoría habilitada en una nave para su venta en fresco. Era consciente de que la rentabilidad se consigue cuando se trabaja con grandes producciones y que con unos 15.000 ejemplares al año podría superar el umbral de la rentabilidad, aunque las exigencias del mercado le han abocado al cierre. p. f. alzira
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