En unos días parte hacía Jerusalén para pasar una temporada de investigación en los archivos de la Biblioteca Nacional con vistas a un futuro trabajo. Ha pasado 25 años tocando por todo el mundo, de Pekín a Roma, de Lisboa a Sarajevo. Han sido años de muchos viajes, llevando consigo la cultura y tradiciones valencianas , viendo como en Europa cantan en «valencià» sus canciones. Aunque ella siempre regresa porque: «la Ribera es mi casa, el sello del centro de mi pecho. Aquí he experimentado mis vivencias más entrañables personales y profesionales. Aquí tengo enterrados a todos mis muertos y aquí han nacido todos mis vivos. Todos labradores, gente con raíces profundas a las que no puede derribar un mal viento». e. c. alzira