Cuando se escucha hablar de la arqueología se piensa rápidamente en épocas pretéritas muy alejadas de la actualidad. Pero ya se sabe, el tiempo es relativo, sobre todo cuando queda aturado por los efectos de una gran desgracia. El poblado cercano a Tous llamado Terrabona quedó abandonado, según los estudios más recientes, alrededor del siglo XIX, después de centurias de ocupación. La pantanada de 1982 provocó que creciese la zona que ocupa el agua en el término touero, quedando algunos de los vestigios de las antiguas poblaciones bajo del caudal.
Es el caso de Terrabona, que pasa la mayor parte del tiempo presente sumergida en las aguas. Es por ello que las actuaciones científicas en la zona requieren de la arqueología, con el apellido de moderna. Así lo afirma el profesor Óscar Blanco en su último estudio, que fue galardonado en la modalidad de ensayo en la tercera edición de los Premios Literarios de Tous. Bajo el título de «Terrabona: De alquería a despoblado. Análisis preliminar de un despoblado a orillas del Júcar», el arqueólogo fija el estado de la cuestión sobre el antiguo casco urbano, de complicado (o imposible acceso) en la actualidad.
«La verdad es que toda la zona de Tous tiene un gran valor arqueológico pero la presencia del pantano dificulta mucho los trabajos arqueológicos, en primera instancia, y la explotación por parte de los visitantes, en segunda. Profesionalmente creo que no merece la pena destinar muchos recursos a Terrabona porque es un yacimiento invisitable. Soy de la opinión de que el patrimonio hay que preservarlo hasta cierto punto porque vale mucho dinero una excavación y después, en el caso de Tous, no podría ser explotado. Sí que es cierto que hay que realizar alguna actuación para recabar más información sobre la vida en la época moderna en la localidad», explica Blanco. El despoblado se localiza en la zona norte del pantano de Tous en su margen izquierdo. Está situado en la ladera del Cerro de Terrabona, delimitado al norte por Morra Salvador y el Barranco de la Fuente del Moro. Las continuas crecidas de la presa y sus consiguientes desecaciones, sobre todo en épocas estivales, afectan directamente a Terrabona, que durante una gran parte del año está sumergido en las aguas del pantano.
Existen fuentes documentales que hablan de la ocupación de la alquería en la conquista del territorio valenciano a manos de Jaume I. Pertenecía a la jurisdicción de Xàtiva antes de la conquista cristiana. En Terrabona, algunos moriscos se unieron a la revuelta de Muela de Cortes y, tras ser sofocada, fue reocupada de nuevo en 1613 con 24 colonos. Ya en 1622 contaba con 80 comulgantes, tal y como afirman los investigadores Cárcel y Espinalt y García y recoge Blanco en su estudio. Finalmente Cárcel, pero sobre todo Madoz, afirman que la baronía padeció los efectos de la Guerra de Sucesión y que a consecuencia de esta contienda se despobló. Los motivos que aportan para su despoblamiento son varios, caso de desmanes de alguna guarnición o alguna riada «pero al fin y al cabo no son más que meras suposiciones, por lo que se desconocen los motivos reales del abandono de Terrabona», defiende el investigador. Blanco concluye que Terrabona estuvo ocupada, al menos, en la última etapa de preeminencia musulmana, con los almohades, y no termina hasta principios del siglo XVIII, incluso más si la torre vigía, finalmente, está fechada en el contexto de la Guerra de Independencia. La situación del yacimiento, de difícil acceso, lo mantiene a salvo de actos vandálicos y del expolio patrimonial. Pero el agua sigue con su devastación particular.
