La amenaza que representan los campos abandonados comienza a hacerse patente en Cullera. Si hace apenas unas semanas una familia perdió todos sus enseres en Cullera debido al fuego originado en una parcela agrícola sin uso, el pasado domingo se volvió a producir un incidente de parecidas características, aunque esta vez sin causar daños tan considerables.
Minutos después del mediodía, una dotación del parque de bomberos de Cullera junto con efectivos de la Policía Local y de Protección Civil tuvieron que desplazarse hasta la Entrada del Pollo, en la zona del Mareny de Sant Llorens, donde se produjo un nuevo incendio que al final no fue a más gracias a la rápida intervención de todos los efectivos de las fuerzas de seguridad que participaron en la operación. La intervención llegó después de recibir una llamada del 012. En total fueron unos 200 metros cuadrados los que se vieron afectados.
Las primeras investigaciones indican que esta vez el incendio pudo ser provocado. Se especula que fue fruto de algún desalmado, ya que el fuego, presumiblemente, se originó junto a unos muebles abandonados al lado de un contenedor. Las llamas se propagaron rápidamente hacia el cañar colindante afectando a una plantación adyacente. No hubo que lamentar daños personales pero si algunas pérdidas agrícolas.
El mal estado que presentan algunos campos abandonados les convierte en auténticos polvorines, conforme alertó este periódico el pasado 12 de enero. Estos conatos de incendio podrían acabar con consecuencias mucho más graves. Muchas tierras abandonadas tanto en la Bega —la zona que debe acoger el denominado Manhattan— como en los PAI proyectados en el Marenyet i del Brosquil y en la zona del Mareny de Sant Llorenç se han llenado de vegetación en un tiempo de sequía extrema.
Desde la concejalía de Agricultura del Ayuntamiento de la ciudad quieren recordar a los ciudadanos con terrenos rústicos abandonados que se ha de cumplir con la normativa actual, tanto las Ordenanzas de Medio Rural, como la ley urbanística valenciana y, a nivel estatal, la Ley del Suelo, que obligan a dichos propietarios a mantener los terrenos de forma adecuada para que no puedan considerarse un riesgo y queden libres de plagas de todo tipo.
Los responsables del ayuntamiento estná trabajando para poder hacer que se cumpla esta normativa tanto en esta materia como para que las «tancaes» tengan unas condiciones adecuadas para que no se impida el paso de vehículos (en caso de incendio bomberos y ambulancias) así como en el paso correcto de las personas.
