La vicepresidenta del Consel, Mónica Oltra, declaró ayer en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell que en las auditorías que se están realizando a las empresas que gestionan departamentos de salud de la Comunitat Valenciana «ya se han detectado irregularidades» en las cuentas pese a que estas no finalizarán hasta el mes de junio. Una de estas discrepancias aparecidas afectaría al Hospital de la Ribera. En este aspecto, según Oltra, Ribera Salud estaría invirtiendo en infraestructuras y equipamiento técnico una cantidad económica menor a la que el contrato les obliga.
La vicepresidenta del Consell anunció estos primeros datos, aunque no podrá sacar conclusiones hasta que finalicen las auditorías financieras y sanitarias de las empresas concesionarias. De estas primeras cifras se entiende que el hospital alcireño no se estaría beneficiando del nivel de inversión previsto que marca el contrato que el organismo público mantiene con Ribera Salud, gerente del centro hospitalario desde su puesta en marcha en 1999. En este aspecto y según publicó Levante-EMV, el principal grupo empresarial en el sector de las concesiones sanitarias sí que informó en su momento de la inversión de 135,5 millones de euros en infraestructuras y tecnología sanitaria, una cantidad que supondría el 96 % de los 140 millones de euros comprometidos con la Conselleria de Sanitat durante el periodo que dura la concesión, la cual finaliza el 1 de abril de 2018 y que no se renovará, según anunció la consellera de Sanidad, Carmen Montón. Ribera Salud también argumentó que en 2015 se gastaron más de 3,8 millones de euros en inversiones para mejorar la atención a los 250.000 ribereños. Entre las adquisiciones, destacan un equipo para administrar braquiterapia de alta tasa de dosis en cáncer de próstata y un equipo de hemodinámica de última generación para el servicio de cardiología.
Una deuda de 5,6 millones
Este posible fraude en cuando a la inversión prevista se uniría al resultado de las liquidaciones que estaban pendientes desde el año 2008 y hasta el 2012, correspondientes a la gestión empresarial del hospital alcireño y del departamento de la Ribera. En este sentido, el Consell descubrió una desviación a su favor de 5,6 millones de euros, mientras que todavía están pendientes las liquidaciones de 2013 y 2014. Según mantienen algunas fuentes sindicales, uno de los puntos que permitía a la gestora hacer caja era, precisamente, la facturación a pacientes foráneos, siendo difícil conocer cuál era el precio que se pagaba por el servicio sanitario.
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