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Unos ladrones asaltan el colegio de Gavarda y un bar contiguo en apenas 48 horas

Causan importantes daños en la escuela al romper la caldera y forzar dos armarios de seguridad La cervería sufre el sexto robo en tres añosy medio

Unos ladrones asaltan el colegio de Gavarda y un bar contiguo en apenas 48 horas

No es matemático, pero cuando entran a robar en el colegio de Gavarda también suelen hacerlo en una cervecería ubicada justo al lado, o al revés, y ha vuelto pasar. Unos desconocidos asaltaron el pasado fin de semana el centro escolar y al menos dos encapuchados entraron en la madrugada de ayer en el bar en lo que representa el sexto robo que sufre en tres años y medio. Los diferentes sistemas de seguridad que los propietarios han ido instalando no impidieron la acción de los delincuentes, que sólo se pudieron llevar tabaco y «nueve o diez botellas de alcohol». «Ayer -por el lunes-, comentaba con un cliente que después del robo en el colegio parecía que nos habíamos librado?», comentaba el dueño del establecimiento, mientras mostraba su impotencia: «La primera vez sí encontraron algo de dinero, pero me lo llevo todo a casa, ya no sé que hacer, me tendré que llevar también el bar a casa», comentó.

Se da la circunstancia de que el colegio ya sufrió hace un año un robo en el que los ladrones se llevaron el dinero de una excursión. En este caso, fuentes del centro indicaron que «han hecho más daño que otra cosa», mientras detallaban que si bien había desaparecido un ordenador portátil, una cámara de fotos y un proyector, además de algo de efectivo -«no sé si habrían cien euros»-, los desperfectos se presumen mayores. Los delincuentes desplazaron y forzaron dos pesados armarios de seguridad donde se guardaba el material sustraído, rompieron la caldera provocando una fuga de combustible y también forzaron la puerta de la máquina del ascensor «cuando ahí no hay nada». Los profesores encontraron el lunes una puerta e acceso desde forzada y todos los documentos archivados esparcidos por el suelo.

Apenas 24 ó 48 horas después era asaltada la cervecería Gilda. Los sensores instalados dieron un par de alertas sobre las dos de la madrugada, pero fue a las 4,40 cuando la puerta fue forzada. Dentro, la máquina de tabaco y la caja registradora abiertas para evitar daños mientras que las tragaperras están ya protegidas por un armazón. Los ladrones se llevaron el tabaco y botellas de alcohol. «Yo creo que siempre son los mismos, es más el daño y el papeleo que tengo ahora que realizar que lo que roban», lamentó el propietario. «Tras cinco o seis robos parece que te acostumbras, las primeras dos o tres veces me salían las lágrimas de impotencia», relata no sin cierta indignación.

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