El Ayuntamiento de Alzira rescatará para la gestión pública todos los servicios de las escuelas infantiles municipales. Es el nuevo objetivo del tripartito tras asumir por mandato legal la piscina cubierta y la emisora municipal -la ley de sostenibilidad puso fecha de caducidad a las empresas públicas deficitarias- y por decisión propia el servicio de limpieza de edificios públicos, si bien la delegación de Gobierno respondió a este acuerdo con una amenaza de impugnación.
El gobierno municipal (Compromís, PSOE y EU) ha mostrado formalmente su intención de asumir los servicios que desde 2005 presta una empresa privada en les «escoletes» a través de la subrogación de los trabajadores, si bien a la espera de unas consultas a la delegación del Gobierno para evitar una segunda impugnación y de la elaboración de informes económicos y de gestión que respalden el acuerdo, el ayuntamiento ha requerido a la empresa Cimater Servicios, SL, para que, por razones de interés público, mantenga su actividad en las tres escuelas infantiles hasta que se produzca la subrogación del personal, según confirmó ayer el alcalde de Alzira, Diego Gómez. El contrato actual expira el próximo 30 de junio y el consistorio baraja la fecha del 1 de enero de 2017 como el momento en que, si no hay contratiempos, se podría hacer cargo de todos los servicios.
El ayuntamiento, gobernado entonces por la coalición PP-PSI, adjudicó en 2005 a una empresa los servicios docentes, la cocina, el comedor, la limpieza y el mantenimiento de las escuelas infantiles, a través de una fórmula de prestación de servicios en la que la administración mantiene la gestión directa. De hecho, la directora de las «escoletes» forma parte de la plantilla municipal.
El tripartito pretende ahora prestar por sus propios medios todos los servicios al considerar que puede resultar más económico al suprimir el beneficio empresarial que sí incluye la actual fórmula y que permitirá además ajustar los gastos a las necesidades.
Cabe señalar que la plantilla de las tres «escoletes» municipales -la Muntanyeta, la más antigua ya que entró en servicio en 1982, Infants y Llepolies- está formada por tres maestras, diez educadoras, tres personas que se encargan de la cocina y la limpieza, una persona de mantenimiento y un cuidador de autobús a media jornada. El ayuntamiento se dispone a subrogarse el personal para, acto seguido, asumir también estos servicios.
El alcalde comentó que, a priori, y partiendo de la base de que los trabajadores ya eran del ayuntamiento y el modelo de gestión actual, debería ser «mucho más fácil» el rescate para la gestión pública de los servicios que se privatizaron en su momento, aunque indicó que el ayuntamiento ha querido ir con «precaución» y remitirá la documentación a la delegación del Gobierno para evitar una nueva impugnación. Cabe recordar que el requerimiento de la delegación del Gobierno cuestionó en su día la absorción de la plantilla encargada del servicio de limpieza de edificios al entender que suponía un acceso encubierto a la función pública y generaba un exceso de gasto en la partida de Personal. El tripartito siempre ha defendido su legalidad.
