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Último curso para los colegios que tienen a todo su alumnado en barracones

La conselleria ya adjudicó la construcción del nuevo centro, que cuenta con un plazo de ejecución de 15 meses

Último curso para los colegios que tienen a todo su alumnado en barracones

Seis promociones completas de escolares de El Perelló, alrededor de 780 alumnos en total, nunca han pisado un colegio de obra convencional si no era de visita o porque acudían al centro invitados. Han cursado todo el ciclo de Primaria en aulas prefabricadas. Tres generaciones han reivindicado un nuevo colegio en El Perelló para suplir las carencias de los inmuebles destinados a este fin y, los últimos doce años, al estar todos los alumnos en barracones. Los últimos meses han sido especialmente desesperantes para la comunidad educativa al observar que la tan anhelada escuela la tenían a pocos metros y acabada, pero no la podían ocupar por problemas burocráticos. Padres y alumnos se manifestaron el martes para expresar su malestar y la conselleria informó que en tres semanas se podrá realizar el traslado de forma que, el nuevo curso, ya podrá arrancar en las nuevas instalaciones, que los alumnos que ahora cursan sexto de Primaria sólo podrán conocer de visita. La perspectiva de que el cambio de colegio se produjera en abril se esfumó hace tiempo y aunque ya se ve la luz al final del túnel, hay padres que todavía recelan después de tan larga espera. «Dudamos ya de todo», comentan. Con todo, el curso que finaliza esta semana será el último en barracones para los alumnos de El Perelló.

Aún tendrán que comenzar el nuevo curso en aulas prefabricadas los escolares matriculados en el colegio Evarist Calatayud de Montserrat y, en este caso, será el noveno consecutivo. Se trata de los dos centros de la comarca que tienen a todos sus alumnos en barracones y, en el caso de Montserrat, la matrícula es bastante más amplia con cerca de 640 alumnos. En este caso, las obras se encuentran muy avanzadas aunque, según detalló el alcalde, Josep Maria Mas, siguiendo el calendario previsto no finalizarán hasta el mes de noviembre o principios de diciembre con la perspectiva de aprovechar las vacaciones de Navidad para realizar el traslado y empezar el año en el nuevo centro. El que ahora concluye será por tanto, en el caso del colegio de Montserrat, el último curso completo en barracones.

«La obra va a un ritmo espectacular para que se realice el traslado en diciembre», incide el alcalde, que aclara que la posibilidad de que la empresa adjudicataria pudiera finalizar el edificio durante el verano que en algún momento ha apuntado la comunidad educativa no se ha llegado a contemplar.

Mucho más cerca lo tienen los escolares de El Perelló. Antonia Recover, directora del colegio durante veinte años, hoy jubilada, recordaba en la protesta del martes que el nuevo centro colma una lucha de más de cuarenta años en la que apoyó en un primer momento la reivindicación de una generación de padres, después la de sus hijos y acabó su etapa profesional con los nietos en las aulas prefabricadas y reclamando el nuevo centro. No es un caso único. Una madre relataba ayer que sus padres ya reivindicaban el nuevo colegio, ella asistió a clase cuando éstas se impartían en la calle Barón de Ruaya, 3, «un pequeño edificio con cuatro aulas en lo que hoy es la biblioteca y en el que salíamos a la calle con permiso del ayuntamiento, que cerraba con vallas, y el patio era el polideportivo», y sus hijos han pasado por las aulas prefabricadas.

La presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos, Cristina Civera, recordaba que aún queda la segunda fase ya que cuando se realice el traslado habrá que retirar los barracones para habilitar el patio. «En agosto ya adelantaron parte de la segunda fase como el frontón y el gimnasio para no molestar, pero falta la pista multideportiva y la de tenis. Hemos pedido que esté todo en septiembre para el inicio del curso, pero no me lo aseguran», comentó.

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