Dos de dos. La Ribera contará el año próximo con un par de conjuntos en la categoría Autonómica de cadetes tras lograr el ascenso este fin de semana los dos equipos aspirantes, la UD Alzira y el Promeses Sueca. Lo hicieron con épica incluida, con eliminatorias que se decidieron en los últimos minutos y que tuvieron toda la emoción del fútbol.
El cadete A de la UD Alzira ha puesto la guinda a la enorme tarta de triunfos que ha sido la temporada de la cantera alzirista. Con suspense incluido, los pupilos de Miguel Carrasco lograron el retorno a Liga Autonómica en un solo año. La alegría pudo tener tintes de tragedia. Los alcireños pudieron despedirse del ascenso sin haber perdido ningún partido en toda la liga.
El partido de vuelta tuvo un inicio inimaginable. Adrián y Bono pusieron la eliminatoria patas arriba con un 0-2 en 14 minutos. Como en la ida -que acabó 3-3-, pudieron llegar más goles obra de Pau, César o Edu. Sin embargo, un Castellón que se crecía, y más con la expulsión de Adrián, logró el 1-2 a cinco minutos para el final. Solo necesitaba un gol más para dejar al Alzira en 1.ª regional pese a haber ganado 27 de los 31 partidos jugados. Y la posibilidad se produjo cuando pasaban cuatro minutos del tiempo. El árbitro vio manos de Machí y decretó penalti. El máximo goleador albinegro con 41 tantos, Clemente, vio como Riera —portero seguido por el Real Madrid, Vila-real y Espanyol— le adivinaba la intención, el primer rechace daba en el larguero y el segundo salía a un metro del travesaño. Tras ocho minutos agónicos de prolongación llegó el éxtasis.
Reconocimiento
La cantera azulgrana fue considerada en la última gala la mejor de la delegación de la Ribera por sus múltiples ascensos en la presente temporada.
El Promeses Sueca, por su parte, no se dejó amedrentar por la fortaleza del Biensa e hizo bueno el resultado de la ida, ratificando el ascenso con un 2-1 en casa que desató la alegría en tierras arrocera. El atacante Carles fue el protagonista anotador del encuentro, con dos tantos que llegaron en los primeros minutos del duelo y tras el paso por los vestuarios, poniendo el broche de oro a una temporada para enmarcar.
