Los agricultores de la comarca temen que la plaga de mosca blanca («Dialeurodes citri») y los efectos de la negrilla en el caqui pongan en peligro el que se ha convertido en uno de los motores económicos del sector. Ante la alarma generada entre los productores, la cooperativa de Alzira y la Conselleria de Agricultura han llamado a la calma a través de una jornada informativa en la que se insta a los dueños de los cultivos a vigilar sus árboles frutales y a tratar la plaga a finales de julio, época en la que la que los huevos eclosionan y son más sensibles a los productos fitosanitarios.
La crisis del sector citrícola ha propiciado el auge de nuevos cultivos. El caqui se ha asentado con fuerza en la comarca, pero ahora los agricultores ven peligrar sus plantaciones con la expansión de la mosca blanca y el miedo es cada vez mayor. La plaga de este insecto ya ha causado problemas en la naranja y ahora se ha sumado al caqui. El año pasado se documentaron los primeros casos de «Dialeurodes citri» en esta fruta y rápidamente los ejemplares adultos de esta especie colonizaron gran parte de los campos de caqui de la Ribera.
Existen cinco variedades de mosca blanca, de las cuales se han detectado tres en los cultivos de la comarca. Este insecto se instala en la parte posterior de las hojas y allí pone sus huevos. Cuando eclosionan, las larvas se alimentan de su savia, lo que termina debilitando el árbol. Durante este proceso, se segrega una melaza azucarada que al entrar en contacto con los frutos causa el hongo conocido como negrilla. Los compradores se muestran recelosos a adquirir estas frutas ennegrecidas, a pesar de que los estudios llevados a cabo desde el pasado año por la Conselleria de Agricultura revelan que estas manchas desaparecen en cierta medida cuando el caqui es lavado en los almacenes y cooperativas, lo que deriva en una pérdida inmediata del valor de mercado del producto. La rápida expansión del caqui ha favorecido que también crezca una plaga que podría ser peor si no se interviene.
