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Fauna salvaje

Las cabras salvajes se comen las cosechas de Sumacàrcer

Los agricultores denuncian que los recientes incendios y la falta de implicación de las administraciones para ofrecer soluciones aumenta la presencia de animales en las zonas cultivadas

Las cabras han sido parte del paisaje de Sumacàrcer y Antella en los últimos años, en una problemática que se ha intensificado con los últimos incendios.

La fauna salvaje existente en las montañas de la Ribera está causando este año más problemas que nunca a los agricultores. Los incendios devastadores que han afectado a una considerable zona de la masa forestal de la comarca ha reducido su campo de expansión, lo que unido a la sequía está provocando que las zonas urbanas sean lugares muy frecuentados por cabras, jabalíes o conejos. El problema se está intensificando y no aparecen movimientos institucionales para buscar solución.

Los agricultores se muestran desolados ante la indiferencia de las autoridades. Levante-EMV ya ha relatado los problemas que la fauna provoca en plantaciones de Alzira o Carcaixent con los jabalíes (un mamífero que se ha dejado ver incluso por los arrozales de la Ribera Baixa), pero los animales también azotan la zona de Sumacàrcer, Antella, Cotes y Sellent, especialmente sensible a la aparición de cabras. La población más cercana a la presa es frecuentada por este animal silvestre pero este año, por la devastación provocada por el incendio de Bolbaite -que arrasó más de mil hectáreas en la Canal de Navarrés y la Ribera- las cabras se están dejando ver en exceso en busca de alimento y agua.

Se comen los plantones de los campos, produciendo considerables pérdidas económicas. La solución pasa por vallar los campos o llegar a alguna clase de acuerdo con los cazadores para que se reduzca la población de machos. Algunos agricultores que tienen campos en Antella llegaron a programar la explosión de potentes petardos incluso por la noche para ahuyentar a las cabras pero la molestia creada a los vecinos desaconsejó la práctica.

«Hay un refrán que dice que las calamidades nunca vienen solas. A los temas de la especulación de los precios tenemos que añadir el mal que ocasionan los animales salvajes que tanto nos gusta ver cuando en una excursión por la montaña aparecen en las orillas del camino haciendo que nuestra vista disfrute de la visión que nos proporcionan. Pero no tenemos en cuenta los daños que causan en los campos de naranjos y otras variedades como almendros, frutales y olivos», argumenta el exconcejal de Agricultura de Sumacàrcer, Antonio Montero Zarco, quien añade: «¿Los ecologistas, los defensores de la naturaleza o la administración pública han tenido en cuenta que el mantenimiento de la fauna hace que a los agricultores se les complique sacar adelante sus explotaciones? ¿Cómo compensará la administración el daño que causan en las parcelas agrícolas? ¿Quién corre con los gastos que ocasionan los jabalíes cuando labran literalmente un bancal en busca de raíces, destrozando las sistemas de goteo? ¿Quién se hace responsable del daño que las cabras producen en las nuevas plantaciones, comiéndose los injertos que se realizan para cambiar la variedad y hacer rentable esas explotaciones? ¿Qué ayudas ofrece la Administración para vallar las propiedades y hacer compatible los animales silvestres con las explotaciones agrarias?». Los agricultores temen que las preguntas se queden sin respuesta.

Tras el incendio sufrido en Carcaixent también se ha observado una mayor presencia de jabalíes en las zonas frecuentadas por personas, además de la huída de otras especies animales.

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