Eran las 12 del mediodía y con un intenso calor superior a los 32 grados. La playa de Cullera se encontraba en sus momentos de mayor afluencia y los bañistas se quedaron atónitos. Un parapente, paracaídas sin motor, invadió el cielo de la playa con movimientos norte sur y a la inversa, circulando cerca de los edificios Arensol y Euromar.

De repente el piloto del paracaídas dió un giro brusco en dirección norte iniciando un rápido descenso cerca de la zona donde habían más bañistas. El aparato se dirigió hacia donde se encuentra la pista de petanca que hay en el paseo marítimo acercándose a la zona de arena donde el intrépido y, al parecer, experimentado piloto aterrizó en una zona de arena situada entre dos pasarelas de madera de las que dan acceso a la playa.

Uno de los socorristas del servicio de socorrismo de la playa, con un quad, se acercó rápidamente al lugar de los hechos desde donde dio aviso a la Policía Local que en apenas dos minutos ya había desplazado una patrulla al lugar de los hechos. Una vez personados allí identificaron al piloto el cual les dijo con normalidad que no existía peligro alguno y que la maniobra que había realizado ya la había hecho en ocasiones anteriores en playas con menos arena como por ejemplo en Barcelona.

Una vez tomada la declaración e identificado el piloto del parapente sin motor, la Policía Local se retiró del lugar de los hechos, quedando el piloto, un francés de 42 años recogiendo el parapente y guardando sus cosas. La policía realiza las investigaciones pertinentes para tomar las medidas oportunas.