La Confederación Hidrográfica del Júcar ha activado ya tres de los cuatros pozos del plan de sequía construidos para abastecer al embalse de Forata, que riega los municipios del Marquesat, además de Turís, Montserrat, Montroi y Real, el cual agoniza al contar con menos de un hectómetro cúbico de agua almacenada pese a tener capacidad para 37 hm3. El tercer y último pozo (el cuarto es de emergencia) se puso en funcionamiento el jueves con el objetivo de reponer el volumen de agua que se deja salir por el Magro para que las catorce comunidades de regantes que dependen de Forata puedan regar, pues la idea de revertir la crítica situación en la que se encuentra el pantano parace imposible.
El nuevo presidente del Sindicato Central del Embalse de Forata, el alfarbino Paco Pardo, elegido en asamblea general el pasado 2 de julio, asegura que «si no se consigue este año regenerar el pantano a través de las lluvias va a ser prácticamente imposible que los pozos puedan asumir el año que viene los hectómetros cúbicos necesarios para abastecer el regadío de los pueblos que riegan del río Magro». Para este curso, el sindicato tiene permiso de la Confederación Hidrográfica para aprovisionarse de hasta 2 hm3 de los acuíferos.
El primero de ellos empezó a funcionar el pasado 28 de junio, es el que más caudal genera para el pantano y se prevé que nutra a la presa con 1 hm3. El segundo también está activo desde mediados de julio, mientras que el último en ponerse en funcionamiento lo hizo precisamente el jueves 11 de agosto. Pese a este continuo suministro, el agua almacenada apenas ha subido de nivel debido a la escasez de lluvias.
De hecho, los señalizadores marcaban hace unos meses 0,75 hm3, lo que supone menos del 2 % de su capacidad, siendo uno de los peores registros de su historia desde su construcción en 1969 en el cauce del río Magro a su paso por el término de Yàtova, sin contar con que en 1983 se secó por completo al utilizarse la totalidad de sus aguas tras la rotura de la presa de Tous.
Ahora, el caudal ha subido a fecha de ayer hasta los 0,89 hm3, una cantidad irrisoria, con la ayuda de los pozos y las lluvias caídas el pasado miércoles. Todo sin contar con que se está soltando menos agua de la que se debería para el regadío de los campos, que pueblos como Turís, Montroi o Real tienen restricciones de agua y que el Marquesat -al igual que otros pueblos de más abajo como Carlet- riega también del Canal Xúquer-Túria gracias al acuerdo a tres bandas entre Forata, la Confederación Hidrográfica y el propio canal. «Estamos muy agradecidos tanto a la CHJ como a la dirección del canal Xúquer-Túria por el apoyo mostrado, gracias a esta ayuda se ha salvado la campaña», indica Pardo, quien añade: «Llevamos ya tres semanas subiendo agua del canal, pero creo que no utilizaremos el hectómetro cúbico que tenemos autorización para tomar».
Esfuerzo económico
El nuevo presidente del sindicato, que reúne a 14 comunidades de regantes, explica que «la activación de los pozos ha sido primordial para garantizar el agua a los regantes este año. La finalidad es que Forata no pierda el poco almacenamiento que tiene». En este aspecto, Pardo asegura que los litros que se saquen de los acuíferos «se destinarán íntegramente al riego» y califica los 2 hm3 que se extraerán como «más que suficientes para terminar la temporada». La extracción de las aguas tanto de los pozos como del canal está significando un esfuerzo económico considerable para el sindicato, lo que repercutirá en las tasas de los regantes de cada comunidad. Ante este desembolso, Pardo explica que el esfuezo económico se realiza para que los comuneros puedan regar. «Si el objetivo es recuperar Forata tendremos que sentarnos a hablar de precios y condiciones, porque para nosotros es inasumible pagar estos costes», añade.
Las obras de los pozos, dispuestas en el plan de sequía, se aprobaron en el decreto de 8 de mayo de 2015 y han sido costeadas con un préstamo de la Unión Europea de 1.200.000 euros que se devolverá en los próximos 25 años. La misma empresa concesionaria de las obras se ha encargado también de la extracción del agua, costeada en su integridad por el sindicato del embalse.
