Piera, argumenta que «posiblemente cada localidad contara con un refugio para la población, muchos de los cuales desconocemos su existencia, por eso su recuperación y conservación es importante para conocer nuestro patrimonio». Sin embargo, no todos los municipios han optado por mantener dichas estructuras arquitectónicas. La Pobla Llarga, por su parte, halló un refugio de la guerra durante las obras de peatonalización del centro de la localidad, concretamente entre la plaza de la Virgen y el antiguo matadero, y el cual se sumaba a otro encontrado con anterioridad. Aun así, después de realizar un reportaje gráfico, el ayuntamiento dictaminó el tapiado del mismo debido al mal estado del conjunto. l. r. alzira