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La mujer manda en les «danses» de Guadassuar

La leyenda atribuye a un privilegio real que sean las féminas las que eligen «ballador» en las fiestas

Guadassuar celebra durante seis noches consecutivas su tradicional Setmana de Danses, una fiesta en la que las calles se engalanan para presenciar les «danses» de las comparsas y los trajes confeccionados durante días, muchos de los cuales compiten por llevarse el primer premio. Se trata de una tradición en la que la figura de la mujer cobra una especial importancia, pues históricamente se ha considerado que era ella quien escogía a su «ballador» y confeccionaba los trajes de ambos para la ocasión.

Como cada año, las encargadas de dirigir esta singular celebración son les Festeres de l´Assumpció y las de Sant Roc, que organizan y encabezan las jornadas de la «dansà», cada una de las cuales escoge a su bailador para toda la semana, asumiendo así una consideración mayor. Además, los trajes de las festeras destacan del resto de comparsas, puesto que su elaboración requiere de varios meses de trabajo. No obstante, no solo las festeras juegan este papel especial, sino que, desde siempre, toda mujer que pretendía participar en les «danses» tenía el derecho a elegir a su bailador y, así, participar cada noche en ellas, ya fuese en pareja o en comparsas.

El alcalde de Guadassuar, Salvador Montañana, señala que la leyenda atribuye a un privilegio real que las mujeres pudieran elegir al «ballador» supuestamente ante la escasez de varones que en épocas bélicas pudieran registrar los municipios. No es la única leyenda que acompaña a la tradición de las danzas. De hecho, el ayuntamiento se encuentra a la espera de las pruebas de Carbono 14 que el instituto de Resturación ha realizado a la conocida como «cadira del rei», un sillón que supuestamente ocupó un monarca ante el que se bailaron las danzas. Se pretende obtener una datación que permita identificar de qué rey se trata. «Es una leyenda, no es probable que se bailara a Jaume I», argumenta Montañana. Por otra parte, el alcalde supone que el supuesto privilegio del rey para las mujeres pudieran escoger a sus bailadores es el que se habría podido extrapolar al papel de la mujer en las fiestas.

Sin embargo, al tratarse de una leyenda oral, la falta de documentación imposibilita conocer de forma exacta la razón de la relevancia adquirida por la mujer. Para el cronista local, Josep Enric Mut, la importancia de la elaboración del traje, confeccionado antiguamente por la mujer, hace que la mención especial se dirija a ella. «Posiblemente se deba a que la fiesta fuese asociada a la festividad religiosa de la última semana de agosto, donde las festeras, más allá de ser las que confeccionaban los trajes, siempre han tenido una función activa», comenta Mut. Pese a que esta tradición se mantiene entre las festeras de la localidad, se ha diluido entre los grupos de amigos o asociaciones que se unen año tras año a la Nit de Danses, donde se conservan los actos principales del festejo.

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