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Mortandad de la fauna piscícola

El bajo caudal del río Albaida causa la muerte de cientos de peces

El nivel del agua baja tres metros entre Xàtiva y Manuel por la sequía - Los recursos del pantano de Bellús, que nutre el afluente, caen a la mitad en un año

El bajo caudal del río Albaida causa la muerte de cientos de peces

El bajo caudal del río Albaida ha disparado en los últimos días la mortandad de la fauna piscícola que habita en este importante afluente del Xúquer que nace en las laderas de la sierra de Benicadell. La sequía y la drástica reducción de las aportaciones procedentes del embalse de Bellús han dejado prácticamente secos dos kilómetros del lecho fluvial en su último tramo, que cruza diversas poblaciones de la Ribera Alta.

A partir del Pont de Fusta de la antigua línea férrea que unía Xàtiva y Manuel, en término ya de esta última localidad, se observa un pronunciado descenso de unos tres metros en el nivel del agua. El biólogo Salvador Argente contabiliza una veintena de carpas y barbos de considerable tamaño sin vida en la orilla del río, junto al citado puente. Aguas abajo, el caudal se mantiene bajo mínimos hasta Villanueva de Castellón, donde desemboca en el Xúquer.

Aunque los ejemplares de mayores dimensiones son más visibles, los peces muertos por la falta de oxígeno en la zona afectada por el bajón hídrico se cuentan por varios centenares e incluso podrían ser miles, a falta de un estudio más detallado. Convertidos en carroña, los animales sirven de alimento en bandeja a las aves.

Bellús, bajo mínimos

El fenómeno suele repetirse todos los veranos, pero no con la intensidad de este año.«La falta de caudal está siendo más acusada y hay más animales muertos que otros años. Hacía mucho tiempo que no se veía tan poca agua», alerta Argente. El nivel del río se mantiene más estable en su transcurso por las poblaciones de la Costera -Xàtiva y Genovés- aunque también en este punto se notan los efectos de la fuerte sequía.

El pantano de Bellús, que reparte agua a las acequias y garantiza el caudal del Albaida, se encuentra al 4,35% de su capacidad. Su función principal es la de prevenir inundaciones en el Xúquer -por lo que suele contener poca agua en verano- si bien ahora mismo alberga 2,91 hectómetros cúbicos, un tercio de lo que es habitual a estas alturas del año. En agosto de 2015 embalsaba 7 hectómetros, más del doble. A finales de julio, sus reservas cayeron a niveles mínimos. La antigua carretera de Benigànim, normalmente sumergida, ha quedado al descubierto. Todo apunta a que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha ido reduciendo la suelta de agua desde el embalse ante posibles lluvias torrenciales. En el último año, el déficit de precipitaciones en el territorio roza el 50%.

Este diario contactó ayer con el organismo de cuenca y está a la espera de una respuesta sobre la masiva muerte de peces. La situación se ha repetido en los últimos años y ha despertado las críticas por la falta de previsión en la gestión del afluente. La aparición sin vida de numerosas carpas, una especia invasora más resistente a la sequía, ofrece una idea de la alarmante falta de caudal, si bien la muerte de barbos, una especie autóctona y menos resistente, preocupa más y es más generalizada, según expone Argente. Los ejemplares localizados superan en algunos casos el kilo de peso, recalca el experto.

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