Cerrar los ojos y recordar lo ocurrido durante la pantanada no supone un gran esfuerzo para los vecinos de Garvada, ya que todavía mantienen en sus recuerdos aquellos acontecimientos tan nítidos como si los hubieran vivido hace cuestión de horas: «Lo que pasamos aquella noche es algo que nunca olvidaremos, es algo que no se puede explicar con palabras», comenta José. «Escuchamos en la radio que la presa había reventado y salimos a la calle de inmediato, cuando todo pasó y volvimos a casa era imposible entrar, el agua había dejado los electrodomésticos y muebles detrás de la puerta», recuerda. No volver a vivir aquello era una prioridad. «Tuvimos que pagar por tener una casa nueva, pero la tranquilidad vale mucho más». r. s. gavarda
