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Plagas

Las fumigaciones logran controlar la mosca negra y el mosquito tigre

La coordinación municipal a través del Consorcio de la Ribera permite fijar 70 puntos de actuación en ríos y acequias - Se trabaja sobre 22.000 imbornales de las 34 poblaciones adheridas a la campaña

Las fumigaciones logran controlar la mosca negra y el mosquito tigre

Los tratamientos que de forma conjunta iniciaron a principios de abril 34 municipios de la Ribera parecen haber puesto a raya a la mosca negra y al mosquito tigre, aunque las últimas lluvias todavían pueden provocar un repunte poblacional de este último. Al menos así se desprende del balance de estos primeros seis meses realizado por la empresa Lokímica, contratada por el Consorcio de la Ribera para llevar a cabo este programa de control de vectores y que, en ausencia de datos previos, estima que se ha producido una reducción «muy significativa» respecto de los niveles de población que detectaron al comenzar el tratamiento en abril. Por otra parte, la empresa señala que en este período únicamente se han recibido 28 avisos por quejas ciudadanas, de los que ocho correspondían a mosquito tigre y veinte a mosquito común, unas cifras que valoran como «tasas de avisos por ciudadano extremadamente bajos» y evidencian «el buen resultado de los tratamientos preventivos programados que han conseguido bajar las incidencias de años anteriores».

El director técnico de Laboratorios Lokímica en la Zona Norte, Rubén Bueno, explicó ayer a Levante-EMV que al inicio del tratamiento se detectaba «mucha actividad» en el caso del mosquito tigre y una situación incluso «mas desbordante» en el de la mosca negra. Bueno dejó claro que se trata de un programa de control «para mantener un nivel poblacional que no genere molestias a las personas», apuntó, ya que la posibilidad de erradicar estos insectos resulta utópica, y subrayó que combatir el mosquito tigre y la mosca negra requiere de actuaciones totalmente diferentes.

El carácter urbano del mosquito tigre obliga a combatirlo en las ciudades y, en esta línea, la campaña ha consistido primero en identificar las principales estructuras de riesgo de proliferación por la posible presencia de agua. Los técnicos de la empresa censaron cerca de 22.000 imbornales en los 34 municipios -con especial atención a aquellos sifónicos que pueden acumular agua- y se han ejecutado tres revisiones y tratamientos completos de toda la red, por lo que empresa cifra en 66.000 las revisiones individuales realizadas.

La mosca negra, por su parte, se desarrolla en ambientes fluviales y acequias y la empresa inició la campaña recorriendo 160 kilómetros de cauces buscando zonas que potencialmente pudieran ser colonizadas por la mosca negra y estableciendo 70 puntos de control permanente en los ríos Júcar, Magro, Verde, Sellent y el barranco Barxeta, así como en acequias de Sueca, Cullera y Algemesí.

Rubén Bueno explicó que se han detectado puntos «con una proliferación larvaria de mosca negra asociada a la proliferación de algas» y, en particular, de la espiga de agua, una planta que aflorado con fuerza en el Xúquer al bajar el nivel del agua. El representante de Lokímica señaló que gracias a los tratamientos larvicidas efectuados con un producto bacteriano que ataca únicamente a las larvas se ha conseguido una «diminución progresiva de la población», si bien anunció que este año se podrá realizar un tratamiento en invierno que no se hizo el año anterior, «cuando está en fase de larva», que augura «puede ser muy efectivo» de cara al próximo verano. Bueno también destacó el trabajo de concienciación realizado para que la población evite acumulaciones de agua que propician la proliferación del mosquito tigre ya que, según recordó, un 70 % de estos insectos se crían en focos privados.

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