Cooperativas agrícolas y comercios tienen un objetivo común de alargar al máximo las campañas, aunque en contra de lo que se pudiera pensar, éstas se acortan para los trabajadores. El secretario comarcal de la Fitag, Robert Barberà, señaló ayer como un «problema añadido» que las campañas «o son más reducidas o sufren más parones» aunque, en última instancia, dijo, «los fijos discontinuos trabajan menos y eso repercute directamente en la cotización».
Barberà cifró entre un 15 y un 18 % la reducción de la actividad en unos años, que atribuyó a distintos factores. En el caso de las cooperativas, señaló como una de las posibles causas el abandono de tierras por parte de algunos socios al no producirse un relevo generacional mientras que, en el caso de los comercios, recordó que las firmas más grandes cuentan con plantas en otras Comunidades Autónomas «en las que les resulta más barato trabajar y están trabajando con el mismo producto», lo que se traduce directamente en una reducción de jornales en la recolección en esta zona.
Por otra parte, recordó también las importaciones de naranja extranjera con el objetivo de alargar la campaña «y que a veces se compra incluso ya confeccionada», lo que tampoco genera demanda de mano de obra en los almacenes de la Ribera.
De cara a la nueva campaña, Robert Barberà señaló que el descenso de «collidors» debido a las producciones externas de grandes firmas ya se arrastra en los últimos años y cifró entre 60.000 y 70.000 las personas que ocupa en el sector en Ribera y la Safor, de los que entre el 75 y el 80 % corresponden a la comarca del Xúquer, estimó.
