Alrededor de 150 voluntarios participaron el domingo, por quinto año consecutivo, en la limpieza de los fondos marinos de Cullera. Al final de la actividad, diversas embarcaciones recogieron las más de 50 bolsas de la basura recolectada vía terrestre y las mayas con la basura de lo recogido por los buzos bajo del mar. Ha sido el año que más basura se ha extraído de los fondos marinos y del acantilado del faro. Una cantidad ingente de bolsas de plástico que causan la muerte de muchas especies marinas, desde tortugas hasta cefalópodos, porque las confunden con comida. Además muchas botellas de plástico y una cantidad muy importante de plomos —un metal altamente contaminante, incluso cancerígeno.

También se extrajeron sombrillas, latas, zapatillas, ropa, mobiliario coma sedales con un grandísimo número de anzuelos, capazos, cañas de pescar, paquetes plásticos de toallitas húmedas, juguetes o material deportivo. Si bien, la sorpresa llegó cuando se encontró un sillón de oficina completo, con patas y ruedas metálicas y fabricado de plásticos y tres baterías de vehículos que son altamente contaminantes, en la zona de la Penyeta del Moro. Había otra de mayor tamaño que no ha sido posible extraerla por peso y dimensiones (perteneciente a algún tipo de vehículo pesado), por lo que el club organizador de la jornada, El Delfín, programará en breve una extracción específica con globos de elevación. Las condiciones climatológicas para la actividad fueron muy buenas con un mar en calma total, pero las condiciones submarinas, debido a las lluvias y temporales de los últimos días, provocaron que la visibilidad fuera muy escasa.

La actividad contó con la presencia de 70 buzos, de los que alrededor de 20 son instructores o guías, los cuales se dividieron en 15 grupos y cada grupo en dos parejas. Se efectuó una limpieza a fondo de todo el litoral submarino del faro de Cullera y de toda la zona aledaña a la Penyeta del Moro. En esta actividad participaron buceadores que se desplazaron expresamente desde distintos puntos de la geografía nacional, como Madrid, Albacete e incluso Bilbao. Otros muchos se acercaron desde diferentes localidades valencianas. Todos ellos de forma totalmente altruista, pagándose los desplazamientos y poniendo sus equipos de buceo, ordenadores, tiempo y esfuerzo a disposición de esta actividad medioambiental; así como ocho embarcaciones y tres motos acuáticas con sus respectivos patrones.

Por primera vez en estas cinco ediciones, se procedió también a limpiar por vía terrestre el acantilado del Faro, en la que participaron 36 personas incluyendo niños desde los siete años. A todos ellos se les facilitó guantes de protección y bolsas para la recogida de la basura. Todo ello con independencia de los más de 30 miembros del club de buceo que participaron coordinando toda la actividad.

La actividad dio comienzo a las siete de la mañana, preparando la logística y embarcaciones y a partir de las nueve con la recepción de buzos y personal de apoyo.

Ante la avalancha de buceadores participantes en esta actividad, superando las previsiones más optimistas, no fue posible trasladarles desde el embarcadero del centro de buceo en el río Xúquer. Como alternativa, se desplazaron más de 30 personas, entre las que había varias familias con niños, al acantilado del faro, también distribuidos en cinco secciones geográficas, y procedieron allí a realizar la limpieza por vía terrestre.

Haber realizado la actividad en octubre, tras la temporada estival, fue todo un acierto según los organizadores, en lugar de hacerla en abril como se venía realizando la los años anteriores.