Las autocaravanas han convertido parte del inmenso solar sobre el que se proyectó el denominado Manhattan de Cullera „una macrourbanización que contempla la construcción de 33 torres de hasta 25 alturas„ en una zona de acampada permanente. Atraídos por el buen tiempo y por un entorno envidiable (el mar y de la desembocadura del Xúquer se encuentran a apenas unos metros) los turistas que viajan con la casa a cuestas aprovechan la maraña legal para gozar de la climatología y el mediterráneo sin coste alguno.

Hasta 200 caravanas ocupan en la actualidad el terreno más próximo a la arena del mar ante el escaso margen de maniobra del ayuntamiento para desalojarles de la zona. En febrero, la zona llegó a estar ocupada por más de 350 caravanas. Parecía un cámping, aunque su funcionamiento era mucho más informal y anárquico. Las acciones emprendidas por los responsables del festival de música electrónica Medusa, y las advertencias realizadas por parte del ayuntamiento a través de la Policía local consiguieron durante un periodo de casi cuatro meses que la zona se encontrara libre de autocaravanas.

Los trabajos de limpieza y allanado del terreno junto al posterior montaje de los escenarios, la habilitación de la zona de acampanda juvenil y la preparación de los aparcamientos previstos para las 145.000 personas que durante tres días asistieron al espectáculo musical veraniego, forzaron a las autocaravanas a buscar otro emplazamiento, pero la llegada del otoño y las buenas temperaturas que todavía se mantienen han llenado otra vez la zona de vehículos. Los servicios de control del ayuntamiento llegaron a contabilizar el pasado miércoles, 2 de noviembre, casi doscientos vehículos concentrados en la zona más próxima a los dos edificios Espacio, al final del paseo marítimo.

La proliferación de la práctica del caravaning comienza a crear serios problemas a los ayuntamientos de las localidades turísticas. La concentración de este tipo de vehículos-vivienda es muy perceptible en Cullera, un municipio que se ha transfornado en uno de los referentes de los foros de internet dedicados al caravanismo.

Desde el final del paseo marítimo hasta la misma escollera se acomodan las caravanas. Son terrenos privados. Fuentes municipales reconocieron ayer que el consistorio «se limita a informar a los ocupantes de que el periodo máximo en que pueden estacionar en la zona es de 48 horas». No obstante, el ayuntamiento se ha propuesto vigilar la zona para evitar que, una vez superado ese plazo, continúen allí. «Se tomarán las medidas necesarias para ordenar los desalojos», advirtieron.

La presencia de un número tan elevado de personas ha alertado ya a algunos vecinos de los edificios próximos por los graves problemas de salud e higiene que pueden derivarse de una acampada sin control. La falta de servicios básicos como el agua y la inexistencia de baños públicos para atender a no menos de 500 turista, han alertado al vecindario, que pide una solución a este grave problema.

Las caravanas están situadas en una zona de paseo y de tránsito de personas que se dedican a realizar senderismo junto a la desembocadura. Al llegar a ese tramo, han de atravesar el poblado improvisado de autocaravanas.