Entidades ecologistas y agrarias han puesto en marcha la tercera edición del Banc de la Palla de l'Arros de l'Albufera, que en esta campaña ha recogido 600 balas para que sean reutilizadas en distintas actividades. Conforman este proyecto Acció Ecologista-Agró y la Cooperativa Agroecològica L'Aixada com Eixida, con la colaboración del Cerai, el Ayuntamiento de Catarroja y el Consell Agrari Municipal de València.

La iniciativa permite a los usuarios del banco conseguir las balas por un euro, destinado a cubrir los gastos del proceso. Las peticiones se realizaron hasta el 31 de octubre y en el puente de Tots Sants, las entidades han realizado el proceso de empaquetado de las 600 balas que se pidieron, en el Tancat de la Sardina, un campo de arroz entre Catarroja y Valencia. Las balas pueden recogerse desde ya en el Tancat de la Pipa, una área de reserva de la Confederación Hidrográfica del Júcar que custodia AE-Agró y SEO/BirdLife.

Además, este año hay un segundo punto de distribución fuera del parque natural en la Estación de Experimentación Agraria del IVIA, en Carcaixent, que depende de la Conselleria de Agricultura. Los impulsores del Banc de la Palla de l'Arròs explican que cuando finalice el reparto de esta temporada convocarán una jornada de reflexión con los usuarios, a los que invitan a contar su experiencia a través de su página de Facebook.

Las balas de paja se utilizan para restauraciones forestales, bioconstrucción, mobiliario urbano, ganadería y otras similares. Las entidades que conforman el proyecto han agradecido el trabajo voluntario de algunos participantes como el presidente de la comunidad de regantes del Tancat de la Sardina, Miquel Puchalt, que dio el apoyo necesario para poder realizar las tareas.

Aunque la quema de la paja del arroz, autorizada un año más por conselleria, pese a las protestas de los grupos ecologistas estaba previsto que finalizase la última semana de octubre, se ha prolongado para contrarestar el efecto de las lluvias hasta el 15 de noviembre. El objetivo era evitar evitar quemas de grandes extensiones que generan mucho humo y molestias en las poblaciones próximas, como ocurrió los primeros días.