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Medio ambiente

Los patos vuelven a la desembocadura del Xúquer

El tramo final del Xúquer se convierte en una zona de cría de aves acuáticas Hace diez años era impensable y en la actualidad son varios centenares los que anidan en la zona - El enclave se transforma en un nuevo emplazamiento de turismo ornitológico

Varios ejemplares de aves en el Xúquer en Cullera. joan gimeno

Las buenas temperaturas que se están viviendo en la península, así como la falta de precipitaciones, sumado al frío que sí se está dando en el centro de Europa, han propiciado que muchas aves acuáticas hayan elegido el cauce del río Xúquer como asentamiento, y más en concreto la zona del tramo final del cauce comprendida entre el Assut de la Marquesa y la desembocadura. Ni los más viejos del lugar recuerdan tan gran cantidad de «collverds», algunos «bragats», «fotxes» e incluso en los últimos días algunas ocas.

Los propios cazadores locales, grandes conocedores de la caza de aves acuáticas, muestran su extrañeza por la masiva presencia de estas especies en el cauce del río. Manuel Puig, un veterano cazador y expresidente de la Sociedad de Cazadores, reconoció ayer que hace tan solo diez años «era muy extraño ver patos en el cauce del río, y hoy parece haberse convertido en un parque natural».

Entre llas causas que explican la presencia de cientos de aves acuáticas en el tramo final del cauce del río Xúquer y que su presencia crezca exponencialmente figuran la tranquilidad de la zona, la ausencia de cazadores (al no ser zona autorizada), la presencia de ciudadanos que les dan de comer (muchos de ellos procedentes de la zona central y nórdica europea, donde es más habitual este contacto con las aves libres), y el hecho de que muchos ejemplares se hayan criado e incluso nacido en el cauce, por lo que se han acostumbrado a estar en el paraje y la buena temperatura podrían ser

El mismo Manuel Puig se atreve a puntualizar que la excelente «red de acequias que rodean al río en este tramo del cauce ha hecho que estas aves encuentren no solo la comodidad antes mencionada, sino que también les da la posibilidad guarecerse ante las inclemencias meteorológicas. Estas acequias, con cañares y zonas de hierbas permiten a las aves dejar por momentos el río y subir por las acequias a buscar resguardo».

La presencia de tantas aves acuáticas se ha convertido en un atractivo más en Cullera, ya que son muchos los curiosos que aprovechan su paso por la ciudad para pasear por la zona del río y poder contemplarlas. Esta afluencia de personas que se acercan a darles de comer bajo los diferentes puentes que cruzan el Xúquer a su paso por la ciudad, en especial en los más próximos al centro urbano como el Pont de Ferro, el Pont de Pedra o el Pont Nou de la Bega, ha alertado a las autoridades locales ante el riesgo que esta práctica puede ocasionarles.

Mejoras en la zona

Ante las deficiencias que presentaban las barandillas, en mayor medida las del Pont de Ferro, la Concejalía de Servicios Exteriores las ha arreglado con puntos de soldadura para evitar percances. Las aves acuden puntualmente a su cita con la comida y los ciudadanos se muestran gustosos de contar con su presencia y cuidarlas.

No existe en la actualidad un control censal sobre las ánades que hay en el tramo final del Xúquer, pero los cazadores consideran que entre unas y otras zonas podrían cifrarse en varios centenares, sumando tantos los adultos como las crías, aunque sería una simple aproximación, ya que no se dispone de cifras exactas. Hace diez años, como decía Puig, «ahí era impensable ver patos de ningún tipo, y en la actualidad es un placer poder observarlos».

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